Varios funcionarios del gobierno nacional y líderes de los Derechos Humanos lamentan ahora que el exdictador Jorge Rafael Videla se haya muerto sin revelar todos sus secretos, en especial sobre los lugares donde estarían los cuerpos de desaparecidos.
Sin embargo, cuando estaba vivo, no estaban de acuerdo en que Videla hablara.
Por ejemplo, la reacción oficial a mi libro Disposición Final, la confesión de Videla sobre los desaparecidos fue trasladarlo de la prisión en la guarnición militar de Campo de Mayo a la cárcel de máxima seguridad de Marcos Paz, más rigurosa y más lejos de Buenos Aires.
Esa decisión fue implementada por el jefe del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, que en un clima épico comandó el operativo por el cual trasladó a Videla, de 86 años, y a otros once militares presos en junio de 2012.
Hortel se hizo muy conocido hace unos meses, cuando trascendió que acompañaba a presos a distintos eventos, lógicamente fuera de las cárceles, y que organizaba murgas de Carnaval en las prisiones.
Según informó en aquel momento un blog que defiende a los militares presos por violaciones a los derechos humanos, la orden de traslado fue firmada por “un juez de turno de San Martín a solicitud del director nacional del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, y como represalia a la publicación del libro de Ceferino Reato, quien vulneró las normas de seguridad del Instituto Penal Federal de Campo de Mayo”.
En aquel momento, declaré: “Me sorprende que el Servicio Penitenciario Federal, que está en manos de La Cámpora , y el gobierno en general castiguen a Videla por haber confesado qué hizo la dictadura que él encabezó con miles de detenidos. Uno debería suponer que un gobierno que se dice progresista busca la verdad de lo que pasó para lo cual debería favorecer que también los protagonistas del último gobierno militar puedan hablar y contestar preguntas y repreguntas”.
Los funcionarios no dieron en aquel momento ninguna información adicional.
Pero ahora que murió, lamentan que no haya hablado más.
(*) Autor de Disposición Final y editor ejecutivo de Revista Fortuna. Especial para Perfil.com