POLITICA

Del oficialismo a la oposición, quiénes son los panqueques del fin de ciclo

Políticos, famosos y empresarios ensayaron piruetas para reciclarse en espacios opositores. Otros optan por bajar los decibeles de su fanatismo Ko llamarse a silencio.

Insaurralde coquetea con todos los bloques políticos.
| Télam

Inasible. Seductor. Hegemónico. El poder tiene como denominador común ser una fuente de atracción para políticos, famosos, empresarios y economistas. Como contrapartida su dilución provoca un efecto estampida. Y el kirchnernismo atraviesa esta difícil etapa cerrando filas entre los leales y aplicando una ley peronista: “A los traidores, ni justicia”. Políticos conversos, personajes de la cultura desencantados, empresarios –ahora- críticos y economistas desengañados con el rumbo del país.

Las razones que justifican el camaleonismo son variadas: negocios caídos, leyes a contramarcha del relato, heridos políticos, disidencias con el manejo de la economía. Sin embargo, en cada excusa, se ilumina como telón de fondo el fin de ciclo y las ambiciones personales. Los recambios de Gabinete o movimiento de fichas en el organigrama del poder configuran la salida de emergencia para pegar el salto hacia otro espacio político. El kirchnerismo aplica antídotos tradicionales a las huidas a través de retiros dorados a embajadas y nuevas designaciones.

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En el universo K donde reina la incondicionalidad y se roza la obsecuencia, algunas indefiniciones o críticas provocan sospechas internas. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, o el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, quien coquetea con cruzar al massismo, son dos exponentes de lo mal que pueden caer contestaciones vagas en torno a temas centrales para la doctrina kirchnerista.

Cruzar en camión. Luego de la muerte de Néstor Kirchner, el líder de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, quebró definitivamente su vínculo con el kirchnerismo. Sin embargo, el vínculo político que supieron forjar, según Julio Cobos, estaba resentido desde hace tiempo por los reclamos del titular de camioneros. El presidente de Independiente llena la mesa de fichas y apuesta a Sergio Massa por medio de su hijo Facundo Moyano, quien sin embargo expresó un distanciamiento con el tigrense. El Moyano cool se dio el lujo de romper con la bancada oficialista en Diputados desde Harvard porque ”sus sugerencias nunca fueron escuchadas y no lo convocaban a las reuniones”.

El acercamiento con el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, vendría de la mano de negocios privados y acuerdos políticos que incluyó la integración del vicepresidente macrista de la Legislatura, Cristian Ritondo, en un lugar destacado en la lista de Moyano como presidente del club de Avellaneda.

En tanto, el jefe de los canillitas, Omar Plaini, siguió los pasos de Moyano y abandonó el bloque de diputados del Frente para la Victoria. Y en las legislativas del año pasado ocupó el segundo lugar en la lista de candidatos encabezada por Francisco De Narváez. Sin embargo, Plaini se encarga de apuntalar la candidatura presidencial de Scioli y lo hace con sigilo para evitar cualquier represalia contra el exmotonauta por su cercanía a Moyano. 

“Renovados”. El actual diputado opositor Sergio Massa fundó el Frente Renovador sobre los cimientos de las tirrias de funcionarios prominentes del kirchnerismo. Fue así que logró sumar al exjefe de Gabinete Alberto Fernández, al exgobernador de Buenos Aires oficialista Felipe Solá, y a los exintendentes kirchneristas como Darío Giustozzi, Jesús Cariglino y –lista a la que podría agregarse- Insaurralde. Todos están anotados en la carrera para gobernar la Provincia a partir de 2015.

Mientras tanto, nuevos barones se añadieron con la sola ambición de subsistir en su bastión. La lista la integran: Luis Acuña (Hurlingham), Luis Andreotti (San Fernando) y José Eseverri (Olavarría), Raúl Otacehe (Merlo), Gustavo Bevilacqua (Bahía Blanca), Humberto Zúccaro (Pilar), Joaquín De la Torre (San Miguel).

Economistas. Muchos son los economistas que se retiraron del kirchnerismo debido los desmanejos del Indec, en particular, y de la economía, en general.  El extitular del Palacio de Hacienda Miguel Peirano, pegó el portazo por los irrisorios números de las estadísticas digitadas por Guillermo Moreno. Otro de los economistas que perdió una dura batalla con el Indec y quedó herido por la batalla con el campo fue el exministro Martín Losteau, quien está lanzado como prencadidato porteño de UNEN.

El caso del extitular del Banco Central Martín Redrado se convirtió en una novela veraniega que culminó con un libro escrito de su autoría sobre la salida forzada. La principal tensión se había desatado por la negativa de Redrado a convalidar el Fondo del Bicentenario.

"El Gobierno se quiso llevar todo puesto para usar las reservas, que son el respaldo del ahorro de todos los argentinos”, aseguró mientras esperaba el dictamen de comisión del Congreso que aceptara la orden de remoción de la Presidenta.

El actual economista massista Aldo Pignanelli también trocó elogios por críticas hacia el oficialismo. “Tengo una gran simpatía por el gobierno, si hay un presidente que cuida el peso y la caja ése es Néstor Kirchner”, había declarado en el diario La Prensa en 2002.

El diputado por el UNEN Alfonso Prat Gay fue otro economista que se recicló y marcó vanguardia. Ingresó al Central durante la gestión Duhalde y se convirtió en el primer piloto de la autoridad monetaria del kirchnerismo. En medio de una fuerte pelea con el exministro de Economía y converso, Roberto Lavagna, Prat Gay abandonó su despacho del Central.

Otro economista que saltó al massismo fue el extitular de la Unión Industrial Argentina (UIA) Ignacio De Mendiguren. Tuvo una gestión de tinte conciliadora y siempre tuvo diálogo con el vértice del poder kirchnerista. El exministro de Producción de Duhalde selló su pase al Frente Renovador con su nombre en la lista que encabezó el exjefe de Gabinete tigrense.

Kultura.  El cantante Fito Páez, una voz habitué en actos oficiales y muy crítico de Macri, se animó a entonar una canción, que combina dosis de despecho con su exnovia Julia Mengolini y críticas a las “batallas culturales” y la “revolución” kirchnerista.

Tras declinar en duros términos a una invitación del Gobierno al Salón del Libro de París y la Feria en Guadalajara, el escritor Ricardo Piglia al verse en la tapa de la revista Noticias bajo el título “La Hora de los Panqueques” estalló de bronca. El conductor de ciclos transmitidos por la TV Pública como "Escenas de la novela argentina" y “Borges, por Piglia” asumió en una misiva que “nunca ha sido kirchnerista y por lo tanto, tampoco he dejado de serlo”. Pese a ello, reconoció su “simpatía” con las medidas adoptadas por Néstor y Cristina.

El cineasta Víctor Ramos, hijo del historiador y político de izquierda Abelardo Ramos, fue echado por la ministra de Cultura, Teresa Parodi, de la dirección del Museo del Cabildo en medio de un escándalo. "Me echó porque ayer estuve reunido con Scioli y tengo decidido trabajar para la campaña Scioli 2015 en la Ciudad de Buenos Aires”, aseguró.

La interna entre Ramos y Parodi tiene una réplica en el Instituto del Revisionismo Histórico Manuel Dorrego. El cineasta denunció “el vaciamiento del Dorrego” y apuntó contra la cantante, Franco Vitali, la pata camporista en Cultura y el intelectual Ricardo Forster, que desde su asunción como secretario de Coordinación Estratégica del Pensamiento Nacional bajó el tono a sus flamantes críticas contra el modelo. 

La Casa de las sospechas. El descabezamiento de la cúpula de la Secretaría de Inteligencia puso de manifiesto, de la forma más cruda, una interna feroz debido a la creciente desconfianza en la conducción del edificio Martínez de Hoz. El segundo del organismo y quien llevaba las riendas de la SI, José Paco Larcher, hombre cercano a Néstor, y el temido, Antonio Jaime Stiuso, director general de Operaciones, quedaron en la mira de Cristina Fernández. 

Los hombres fuertes de la Inteligencia, según la revista Noticias, habrían osado tender puentes con el opositor Sergio Massa. Las pinchaduras telefónicas, a cargo de la Dirección de Observaciones Judiciales controlada por Stiuso, se retrasan a la espera de permisos judiciales. Una nivel de burocracia a la que el kirchnerismo no está acostumbrado. En tanto, Larcher es acusado de ocultarle a la Presidenta la candidatura de Massa para las legislativas pasadas y, de acuerdo a Noticias, habría barajado la opción de figurar en la boleta del líder del Frente Renovador.

Despejado el horizonte de infieles, el jefe de la SI, Oscar Parrilli, el director de reunión, Fernando Pocino y, fundamentalmente, el jefe del Ejército, César Milani, ya están cocinando los próximos carpetazos para las elecciones de 2015. 

Militancia. Cada uno desde su espacio expresó su pertenencia o simpatía con las políticas del Gobierno. Hoy los elogios se transformaron en críticas o silencios sepulcrales. La actriz Florencia Peña se mostró varias veces en plateas o encabezando actos junto a la Presidenta levantó la voz en contra de ciertos manejos del Gobierno y, en la actualidad, prefiere obviar cualquier definición sobre la política. “Ahora estoy tranquila, no necesito salir con los tacones de punta”, señaló la actriz sobre su actual militancia light.

El periodista y exbloguero K Lucas Carrasco marcó un quiebre con el kirchnerismo mediante una retahíla de tuits en los que se despachó contra todos. “No están los puentes rotos. Si ustedes cambian, devuelven lo choreado y hacen política, podemos volver a hablar. Pero esa es mi condición”, había lanzado en un mensaje, que anticipó la tempestad en su vínculo con el Gobierno, el antiguo panelista de Duro de Domar.  

Banqueros y medios. La retirada de los empresarios mediáticos estuvo encabezada por Daniel Hadad, quien embolsó grandes ganancias por su cercanía al matrimonio presidencial. El exdueño de Radio 10 pasó –como tantos otros- de la afinidad con Néstor al desprecio de Cristina y clausuró todo vínculo con el kirchnerismo cuando resolvió venderle el conglomerado de medios al empresario Cristóbal López, cada vez más cercano al sciolismo.

El tándem Vila-Manzano se movió con agilidad durante el apogeo kirchnerista, la Ley de Medios provocó una postura zigzagueante, que terminó con los dueños de América TV batallando contra el Grupo Clarín. Ya no tienen asignados asientos en actos en Balcarce 50, sino asistirán a la carpa de Sergio Massa en el balneario CR de Pinamar.

“Con Massa nos une una relación de profunda amistad. No es que hablamos el día de las elecciones, nos vemos semanalmente, por fuera de la política”, la había asegurado Vila a NOTICIAS.

Una trayectoria similar ensayó quien fuera el banquero predilecto del matrimonio Kirchner, Jorge Brito. Tras la derrota en las primarias de 2013, el dueño del banco Macro había sido el principal apuntado por la Presidenta cuando pidió hablar con “los titulares” y, en plena corrida cambiaria, volvió a acusarlo junto a otros bancos de instrumentar maniobras especulativas. Brito y Massa trabaron relación durante la gestión del tigrense en el ANSES.

Desde la llegada del dirigente piquetero Luis Delia a CN23, el empresario Matías Garfunkel pegó el grito en el cielo y tensó la relación con su socio del Grupo 23 Sergio Szpolski. A través de su cuenta de Twitter o en declaraciones a medios, Garfunkel expresa su descontento con la política exterior del canciller Timerman y, tras un amague con Massa, juega fuerte por la candidatura presidencial de Daniel Scioli

 El conductor Marcelo Tinelli hizo de la ambigüedad un estilo en su relación con el kirchnerismo. Estuvo presente junto a Néstor Kirchner, Julio De Vido y Cristina para diferentes inauguraciones en su Bolívar natal. Su productora fue adquirida por Cristóbal López. Pero su vínculo con el oficialismo estalló por los aires a causa del fallido desembarco en Fútbol para Todos