Emocionado todavía, según confesó, por las palabras de la presidenta Cristina Fernández en el acto K de Parque Norte, el piquetero Luis D'Elía estuvo anoche nuevamente en Plaza de Mayo. Hasta su llegada, la concentración de partidarios oficialistas en la plaza no tenía líderes visibles. Algunas caras políticas de segundo nivel atendían a micrófonos ávidos de notas, pero con la llegada de D'Elía todas las otras presencias pasaron a un plano secundario.
“Los únicos sectores que nos indignan son los que señaló hoy Cristina: los golpistas, disfrazados de caceroleros. Ella no la nombró, pero yo sí: Cecilia Pando a la cabeza”, disparó el líder de Federación de Tierra y Vivienda para ir entrando en calor. "Vamos a permanecer en estado de alerta y movilización”, agregó D’Elía, satisfecho de que "hoy somos muchos".
El miércoles por la noche, luego del desbande provocado entre la gente que manifestaba contra el gobierno, D'Elía había dicho que ayer iban a Parque Norte y luego a "reventar la Plaza de Mayo". La concentración no fue para tanto, pero hay que decir que fue una importante cantidad de gente la que apoyó al gobierno en la Plaza.
“Cristina les pidió que se sentaran a dialogar. Tienen una magnífica oportunidad, los que protestan contra el Gobierno, de demostrar que no se trata de un golpe de Estado económico", desafió el piquetero oficial. " El de Cristina fue un discurso brillante, muy integrador, nos sentimos muy contenidos y reivindicados”, agregó, sinceramente conmovido.
Mientras tanto, a 20 cuadras de allí, en Callao y Santa Fe, la escenografía y los cánticos era exactamente la opuesta: el sonido de las cacerolas anti K. En Callao y Libertador, varias esquinas de Palermo, otras de Belgrano, Caballito y Floresta servían de contrapeso al bastión oficialista que esta noche era la Plaza de Mayo. Las dos caras de una Buenos Aires (o Argentina) partida en dos.
El dato llamativo de la noche lo dieron los canales de noticias, ya que ninguno reflejó las protestas, y vale una de las noticias "candentes" repetidas para ver como venía la mano: "Por segunda vez encalló un crucero en Turquía". Todo dicho.