“En Venado Tuerto están pasando cosas raras, y hay un poder político que piensa que están en la época de la dictadura militar”. Quien lo asegura es Héctor Darío Bustos, militante de derechos humanos de esa ciudad santafesina que fue secuestrado durante 13 días y torturado brutalmente por un grupo de desconocidos que le marcó con cigarrillos una cruz esvástica en el pecho.
La víctima del ataque fue el primero en llevar a Estela de Carlotto, la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, a Venado Tuerto.
Bustos está vinculado con un sector del peronismo local enfrentado al del intendente Roberto Scott, conocido por ser un propulsor de políticas de mano dura.
“Me torturaron y me hicieron muchas cosas que no me las voy a olvidar: me pegaron con una cadena, me metieron un palo en el ano y me lo hicieron chupar, me metieron un fierro y me dieron corriente y parecía que me iba a explotar todo. Me ponían una bolsa de nylon y me torturaban psicológicamente poniéndome un revólver en la cabeza y me decían que me despidiera, mientras me gatillaban el arma”, relató Bustos a Rosario 12.
No sólo los apremios que sufrió Bustos recuerdan al accionar del terrorismo de Estado, sino también la manera en la que fue secuestrado, el pasado 13 de diciembre.
“Eran las 22.30 cuando cuatro personas, que estoy convencido eran policías por la forma en que actuaron, circulaban a bordo de un Peugeot 405 sin patente, se bajaron corriendo: uno me apuntó con un arma desde el capot, otra entró al coche por la puerta del acompañante y me pegó una trompada y me dijo ‘quedate piola si no te hacemos cagar’. Otro me puso un capucha y me llevaron. Cuando vamos viajando escucho que suena un celular y alguien que dice ‘afirmativo, ya lo chupamos’”, contó.
Bustos denunció que sus hijos, al notar su desaparición, fueron a la comisaría segunda de Venado Tuerto en donde les dijeron que estaba detenido. Sin embargo, al día siguiente les informaron que se trataba de un error y no dieron noticias sobre su paradero.
En el caso tomo intervención el juez de instrucción Hugo Perassi que caratuló al expediente como de “ torturas”. “En doce años de carrera nunca había visto un caso así”, confesó el magistrado.