Nuevos movimientos financieros del imputado empresario Lázaro Báez llamaron la atención de la Justicia y fueron revelados en las últimas horas. A la ya compleja causa por presunto lavado de dinero se le suman de esta manera las pruebas de depósitos de millones de dólares en efectivo que realizó el empresario en 2010.
La información solicitada por el juez federal Sebastián Casanello a la Unidad de Información Financiera (UIF) detalla que el 16 de diciembre de 2010, Báez arribó a la sucursal Comodoro Rivadavia del Banco Nación con 9,5 millones de dólares en efectivo. Según reseñan La Nación y OPI Santa Cruz, dos millones los cambió a pesos y los depositó en una cuenta de Austral Construcciones, compañía de su propiedad; con los otros 7,5 millones abrió cuatro plazos fijos a su nombre y al de Epsur SA, otra firma vinculada con él.
El Banco Nación, que recibió los fondos, no cuestionó el movimiento, pero a juicio del Banco Central fue una "operación sospechosa" de lavado. Así se lo hizo saber la entidad a la UIF el 15 de febrero de este año. Las sospechas del Banco Central no sólo obedecieron a la gran cantidad de dólares que Báez llevó en efectivo; sino también a la falta de la debida justificación y a que "no surgen los motivos" por los cuales Epsur tomó un préstamo multimillonario de Austral Construcciones para ponerlo de inmediato en plazos fijos o, lo que es más extraño, para devolver los dólares ese mismo día a una cuenta de Austral Construcciones.
Éste es uno de las dos "reportes por operaciones sospechosas" recibidos por la UIF, dirigida por José Sbatella. Ambas fueron detectadas porque "involucran operaciones en efectivo por importantes sumas de dinero".
Los medios consignados, destacaron que así fue advertido por la propia UIF el 19 de abril, cuando dentro del organismo se promovió la unificación de dos expedientes contra Báez y empresas vinculadas con él. El primero, de 2009, da cuenta de la "tenencia física" de Báez de 9,3 millones de pesos y muestra, además, cómo el empresario compitió en una licitación en Tierra del Fuego contra sí mismo; el segundo se refiere a los 9,5 millones de dólares que Báez llevó al Banco Nación para depositar y abrir los plazos fijos.
En este marco de investigaciones, el juez Casanello libró el viernes pasado exhortos a Panamá, mediante los cuales solicitó información sobre una serie de compañías creadas en ese país para determinar si a través de ellas se lavó dinero del empresario kirchnerista Lázaro Báez, y ordenó el allanamiento de varios bancos de primera línea y una financiera.
Sobre los procedimientos en las entidades crediticias, que estuvieron a cargo de personal de la Prefectura Naval, fuentes allegadas al caso dijeron a DyN que la Justicia buscaba "información sobre operaciones de la financiera SGI" de Federico Elaskar, que habría estado vinculada a las supuestas maniobras investigadas. En tanto, Báez se presentó en el juzgado federal de Río Gallegos -donde asumió la conjueza Andrea Askenazi Vera- e invitó a la magistrada y a la fiscal a realizar "una inspección ocular" en su casa donde, según se denunció, habría tenido una bóveda.
Por su parte, en el programa Periodismo para Todos, el periodista Jorge Lanata mostró nuevas fotos que aportarían nueva evidencia sobre la presunta existencia de bóvedas en la casa de Río Gallegos de Báez. El conductor mostró cómo una pareja sacó de la casa bolsas de consorcio en una camioneta. Las imágenes revelan el momento de la noche del 23 de mayo en el que una camioneta Partner blanca entra al garaje del chalet y la pareja carga bolsas en la parte trasera del vehículo. Esta secuencia fue registrada la noche siguiente en la que referentes de la oposición difundieran una foto en la que se ve a un hombre cargando bolsas negras en una Sprinter Mercedes Benz, propiedad de Austral Construcciones.
Por último, Lanata mostró la serie completa de las fotos tomadas por Sergio Triviño, el soldador empleado de Báez en Matal Sur que lo ayudó a desmantelar la bóveda y refaccionar el subsuelo de su chacra número 39, ubicada en Nicolás Giglio y Walter Ro de Río Gallegos, según refiere Clarín.
La bóveda, tal como muestran las fotos, estaba justo detrás de la cava que está debajo del quincho en el que solía compartir asados con el ex presidente, Néstor Kirchner. Además de las valijas en las que habrían trasladado dinero, las armas y municiones y los lockers vacíos que hasta la madrugada del 15 de abril habían funcionado como caja fuerte, se mostró la camioneta de Báez camino a “Anquinta”, la estancia del empresario a la que habrían trasladado el dinero y los documentos que no quemaron.