Desde Resistencia
La última recta hacia los comicios de mañana en el Chaco está marcada por denuncias cruzadas entre oficialismo y oposición. Pese a las acusaciones, los candidatos Domingo Peppo, del FpV, y Aída Ayala, radical, realizaron el cierre de su campaña con actos multitudinarios y sin incidentes.
En una carta abierta a la presidenta del Tribunal Electoral, María Luisa Lucas, el ex gobernador y caudillo radical del Chaco, Angel Rozas, señaló que resulta “inexplicable que haya cerca de 12.000 electores autorizados a votar sólo en nuestra provincia, que no existen para el padrón nacional”. Resaltó que tanto el gobierno provincial como la misma Lucas argumentan que la fecha para efectuar reclamos sobre los padrones venció el pasado 30 de agosto. “Y es verdad. Pero esa fecha está referida a reclamos normales como cambios de domicilio, pero para irregularidades o intentos de trampa no hay fechas de vencimiento”, evaluó.
Lucas, vinculada históricamente a la UCR, se mostró confiada en que “las cosas van a ocurrir como siempre en la provincia, con tranquilidad”. La jueza subrayó que “en Chaco, desde hace 32 años siempre se votó con toda normalidad”. Y para disipar las comparaciones con lo ocurrido en la provincia comandada por José Alperovich, afirmó que “Chaco no es Tucumán”, e instó a la ciudadanía chaqueña a que “tenga confianza y que los fantasmas de otras provincias no nos afecten”.
Desde el oficialismo apelaron a una frase futbolera para responder: “Quieren embarrar la cancha porque se saben perdedores”. Pese a las denuncias cruzadas, los cierres de campaña de los candidatos a suceder a Jorge Capitanich se realizaron con normalidad. El candidato oficialista, Domingo Peppo, que lidera las encuestas por una amplia diferencia de más de 20 puntos, destacó que en Chaco “estamos acostumbrados a que nuestros procesos electorales sean siempre transparentes y que sean normales”.
Por su parte, Ayala, la candidata a gobernadora por el Frente Vamos Chaco cerró su campaña con una masiva convocatoria en Resistencia y llamó a “cambiar el destino de la provincia”. Sin embargo, desde la propia dirigencia radical no se esperanzan demasiado en revertir la importante distancia que saca el oficialismo en las encuestas