Al menos dos ministros y tres gobernadores preferirían no ser invitados a la actuaciones presidenciales frente a la cadena nacional. El riesgo de quedar involucrados en chistes o chicanas como los que ensaya Cristina Fernández en público para sobreactuar su optimismo o autoridad, atemoriza cada vez más a los funcionarios. Sobre todo después del chiste “subido de tono”, según ella misma alardeó, sobre la fabricación de “pomos” en un planta de Haedo (y cuyo video debió bajar la oficina de Presidencia).