Un nuevo entredicho sucedió en las últimas horas entre el Gobierno uruguayo y los ambientalistas de Gualeguaychú tras las pintadas aparecidas en una barcaza que transportaba la producción de la empresa finlandesa Botnia y que encalló en aguas argentinas.
Según la versión difundida por el canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, y reproducida por varios medios locales, el prefecto argentino Roberto Gaira había sido relevado de su cargo por no cumplir con la orden de evitar que los ambientalistas de Gualeguaychú se acercaran a la barcaza de Botnia.
Sin embargo, desde la Asamblea entrerriana aseguraron que, hasta anoche, el hombre seguía cumpliendo sus funciones.
“Gargano se arroga el derecho de poner y sacar prefectos en las prefecturas del puerto Uruguay”, expresó con indignación a perfil.com el asambleísta Gustavo Rivolier.
Del mismo modo el ambientalista confirmó, a partir de declaraciones del propio Gaira a Radio Máxima, que hasta ayer a las 22.15 continuaba en cumplimiento de sus funciones y sin notificación alguna sobre una supuesta sanción.
Rivolier explicó la reacción de Gargano como una “aparente intención” de Uruguay de apartar al prefecto. En toda esta situación, “existe una protesta de Uruguay desde el momento que su canciller da a Gaira por sancionado”, agregó.
El ambientalista remarcó, además, la falta de precisión del funcionario oriental para dar a conocer la supuesta noticia: “Gargano primero dice que va a ser reemplazado, pero después afirma que va a ser objetado”, remarcó.
Según el diario Uruguay al Día, Gargano expresó ayer en el Parlamento que Gaira no cumplió con las ordenes. "Tenía a su cargo la dirección operativa, se le había encargado que se evitara cualquier tipo de acercamiento a la embarcación", afirmó.
El gesto que no fue. La información sobre la presunta sanción a Gaira fue relevada por varios medios orientales. De acuerdo al portal Montevideo.com, se trato de “una suerte de gesto hacia Uruguay” en el marco de la tirante relación bilateral que existe entre ambos países.
El escrache. La medianoche del miércoles, un grupo de integrantes de la Asamblea Ambientalista de Gualeguaychú se trasladó en ocho lanchas rápidas hasta el lugar en donde la barcaza de Botnia había quedado encallada el martes a la mañana mientras transportaba 1.300 toneladas de pasta de celulosa desde la planta de Fray Bentos hasta el puerto de Nueva Palmira.
Como forma de protesta, escribieron con aerosol blanco sobre la embarcación leyendas contra la empresa Botnia, Finlandia y el gobierno de Tabaré. Tampoco faltó la frase insignia de la lucha de los entrerrianos contra la planta de celulosa, el clásico “no a las papeleras”.