POLITICA
La Masacre de Campana

Detuvieron en Santa Fe a la mujer de Angel Fernández

Sospechan que Stella Maris Cáceres encubrió o participó en los crímenes de la familia Mansilla. Con ese arresto ya son cinco los detenidos.

default
default | Cedoc

Stella Maris Cáceres, esposa de Angel Fernández, principal acusado por la masacre de Campana, fue detenida hoy en la localidad santafesina de El Trébol, a 170 kilómetros de la capital provincial, acusada de haber participado o encubierto el crimen de la familia Mansilla. Una comisión de la DDI de Zárate-Campana, con ayuda de la policía santafesina, localizó a Cáceres en la casa de un tío, dijeron a DyN fuentes policiales y judiciales.

Si bien no está claro el papel que tuvo en la matanza, en base a las pruebas del caso el fiscal de la causa, Marcelo Pernici, reclamó su detención. Con su arresto son cinco los detenidos por la masacre: Angel Fernández, su hijo Cristian, Jesús Cáceres (con el mismo apellido pero sin relación filial con Stella Maris) y Darío "el Sordo" Vera.

Stella Maris Cáceres, esposa de Fernández, estaba en la casa de un tío, en Boulevard Europa al 1500, ciudad santafesina de El Trébol, 170 kilómetros al sudoeste de Santa Fe capital, revelaron a DyN las fuentes consultadas.
Los investigadores la habían localizado anoche en esa ciudad y esperaban que llegara la orden de detención, que se activó en las últimas horas con el avance de las indagatorias.

Stella Maris Cáceres había desaparecido el viernes, luego de que en la noche del día anterior la policía irrumpiera en su casa y detuviera a su marido, de 41 años, y al hijo de su pareja, Cristian, principales imputados de la masacre. Según contaron vecinos a los investigadores, la mujer fue el viernes a su casa a buscar bolsos con ropa que habían quedado en la vivienda tras el allanamiento, y luego se fue con sus hijos en un remís, con rumbo desconocido. "Ella sabe algo, no puede ser que no esté detenida", dijo una vecina a la prensa apenas ocurrieron los hechos.
En El Trébol manifestaron que la mujer llegó el domingo por la mañana a esa ciudad de 13 mil habitantes, donde tenía familia.
No obstante, los investigadores prefirieron mantener cautela a la hora de dar precisiones sobre las razones de la detención de la mujer y esperaban su traslado desde la comisaría cuarta de El Trébol, en Santa Fe, hasta los tribunales de Zárate-Campana para que prestara declaración en las próximas horas.

Si bien recién allí se develará cuál es el rol que se le adjudica en la masacre, las fuentes subrayaron que al menos tiene función como encubridora y partícipe. La hermana de Angel Fernández, sin embargo, dijo públicamente que su cuñada fue la instigadora del crimen, al convencer a su esposo de concretarlo. Sandra Rabago fue según los investigadores amante de Angel Fernández y juntos quedaron imputados en una causa de robo, pero luego la mujer lo acusó de un nuevo delito por el cual podía volver a prisión.

"La mujer, Stella Maris, es responsable de todo. Si vos me estás mirando ahora vos sabés que sos la responsable de todo y a lo que llegaste, y tenés que estar presa porque sos culpable", apuntó Marcela Rosales, hermana del detenido, en una entrevista. En tanto, el juez Nicolás Schiavo, que concedió la prisión domiciliaria a Angel Fernández, volvió a defender su postura, mientras el ministro de Justicia, Ricardo Casal, enviará sugerencias sobre más de veinte casos bajo sistema de tobillera electrónica, que fueron procesados por delitos graves.

El gobernador, Daniel Scioli, adelantó que reclamará en la reforma al Código Procesal Penal que está en debate la reducción de esos beneficios y planteó que se deben "evitar las excarcelación y limitar el uso de pulseras magnéticas".
Los casos se ventilaron tras el crimen de Marcelo Mansilla (41 años), su esposa Sandra Rabago (39), y los hijos de la pareja, Agustín (11) y Milagros (7), quienes desaparecieron la noche del 25 de junio. El martes 29 la pareja fue hallada asesinada sobre el kilómetro 59,5 de la Panamericana, en Altos Los Cardales, Campana, y el jueves 31 la policía detuvo a Angel Fernández, un ex presidiario que tuvo al parecer una relación sentimental con Sandra, quien lo denunció por un robo.
En una declaración informal con la policía, Cristian Fernández, hijo de Angel y también detenido, acusó según fuentes del caso a su padre de la masacre, tras explicar que violó el sistema de tobillera electrónica en el marco de una morigeración de la prisión preventiva por una causa en su contra.

En esa acusación el joven reveló que a los niños los tiraron a metros del descampado donde quedaron sus padres.
Los niños, muertos a golpes de maza, fueron hallados en la madrugada del sábado a seis kilómetros de donde aparecieron sus padres, en un zanjón ubicado debajo de un puente, en el kilómetro 66,5 de la Panamericana.

Fuente: DYN