El correo trae adjuntos 17 fotografías, pero sólo en 6 aparece el CEO de Clarín. Está firmado por La Cámpora, la agrupación juvenil que lidera Máximo Kirchner y que se destacó en la última semana por ataques desenfadados a la señal de cable TN, a la que bautizaron "Todo Negativo", en alusión al "pesimismo" de la emisora del grupoClarín en su cobertura sobre el conflicto con el campo.
El correo llegó a varias redacciones este sábado, entre ellas la de Perfil.com, pero este sitio no mostrará las fotografías de Magnetto, porque sería entrometerse en su derecho a la intimidad.
Los seguidores de Máximo Kirchner dicen que nada tienen que ver con este ataque. En el mail hay un texto con errores de ortografía, donde se lo llama a Magnetto "dueño del monopolio Clarín", y a "Hernestina" Herrera de Noble, se la tilda de colaboradora del Proceso. Y termina con el eslogan preferido del kirchnerismo "el monopolio Clarín miente".
En las fotografías, se percibe con claridad que es una fiesta familiar, donde Magnetto aparece de sport, sonriente y tiempo antes de que se declarara su enfermedad que lo llevó a tratarse a los Estados Unidos. Los adolescentes que aparecen en las fotografías pueden ser los hijos del CEO de Clarín y tal vez su difusión no sea obra de los seguidores de Cristina Kirchner, sino de antiguos enemigos de Magnetto. O un mix de ambos. De cualquier manera, es una forma repugnante y una prueba del poder de algunos grupos de Inteligencia, que consiguen fotos de un festejo familiar de uno de los hombres más poderosos del país y amante del bajo perfil.
La diferencia con la difusión de fotografías de Victoria Bereziuk, la octava pasajera del avión que trajo al venezolano del maletín, y que hoy apareció retratada junto al secretario de Julio De Vido, pueden ser un indicio importante en la causa que investiga el dinero negro que traficaban en un vuelo pagado por el Estado argentino. De Bereziuk nadie conocía su rostro, hasta que apareció involucrada en ese episodio. En el caso de Magnetto, sus fotos familiares no sirven a ninguna causa, salvo a una campaña sucia, que nadie sabe dónde va a terminar.