La denuncia que realizaron las diputadas Laura Alonso y Patricia Bullrich por supuestos casos de espionaje ilegal sobre periodistas, políticos y jueces quedó en el ojo de la tormenta por algunas dudas en torno a la publicación que llegó a los medios con una velocidad sorprendente.
La fuente que acercó la información a través de un sobre se mantuvo en el anonimato pero llamó la atención que se divulgue el caso a solo cuatro días de las elecciones nacionales. Por otra parte, el juez Sebastián Casanello recordó que "el éxito" de las investigaciones depende también del secreto durante las primeras horas, "dicho mal y pronto esto es como ir a espiar y tocar el timbre. Quien anuncia que va a llamar o es tonto o tiene malas intenciones", definió el magistrado en referencia a la forma en la que se produjeron los hechos.
Cabe recordar que Bullrich y Alonso presentaron la denuncia cerca del mediodía de ayer en la Cámara Federal porteña porque supuestamente el Ejército o la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) espiaban desde un edificio ubicado en la esquina de Entre Ríos y San Juan.
Casanello envió los papeles de la denuncia al fiscal Ramiro González para avanzar en la investigación. Por su parte, el otro juzgado donde recayó la denuncia fue el de Sandra Arroyo Salgado, quien se excusó de intervenir porque supuestamente figuraba en el listado de personas espiadas. Por lo tanto, la denuncia fue enviada por la Cámara al juez federal de San Martín, Emiliano Canicoba.
Espiados. Entre las personas que supuestamente son espiadas figuran Horacio Antonio Stiuso, a su pareja, también a la ex esposa, a dos hijas, los maridos de las dos hijas y hasta un nieto que acaba de cumplir ocho años, informó Página/12.
Según consideró el diario Clarín, en el juzgado de Casanello mostraban su impotencia, porque allí no habrían recibido la lista con las supuestas víctimas –que sí se difundió rápidamente por los medios–. “La publicidad de la denuncia frustra la investigación”, admitían.