A veces la mejor manera de expresar un mensaje político puede ser el silencio. Esta ha sido la vía que eligió el ex presidente Eduardo Duhalde -salvo contadas excepciones- desde hace un tiempo y a la que se mantiene fiel. Su esposa Hilda "Chiche" González tomó las riendas y aglutinó a los pocos seguidores que se resistieron a los cantos de sirena kirchneristas.
La ausencia de declaraciones sobre la realidad argentina no implica que el ex jerarca justicialista no siga moviendo sus fichas y enviando mensajes que tienen repercusión en los alineamientos políticos de cara a los comicios presidenciales del año próximo. Aunque insiste en que está retirado, nadie le cree.
De hecho, el festejo del cumpleaños número 65 del ex presidente, en el marco de un viaje al Foro de Biarritz que se realiza en Francia, repercutió en el panorama político nacional. Allí se encontró con Roberto Lavagna, del cual no se despegó en ningún momento.
Entre brindis y charlas amenas con un selecto grupo de amigos, Duhalde se mostró junto al hombre que en plena crisis nombró como ministro de Economía y que perduró en la primera etapa kirchnerista.
De viaje por el viejo continente, el antiguo hombre fuerte de la provincia de Buenos Aires se mostró preocupado por temas geopolíticos. “De política nacional no voy a hablar”, se excusó ante el matutino La Nación.
La reclusión de Duhalde. Luego de su paso por el Mercosur y del enfrentamiento con Néstor Kirchner, el ex presidente se recluyó en los temas geopolíticos.
Duhalde está a punto de presentar un libro llamado Comunidad sudamericana; logros y desafíos de la integración.
Sin embargo, sus opiniones sobre los sistemas políticos latinoamericanos están llenas de mensajes hacia la realidad local.
En el texto, según trascendió, crítica los “los sistemas presidencialistas”, a los que considera “muy variables de acuerdo con el pensamiento de cada presidente”.
Amigos son los amigos. La evidente amistad y afinidad política entre Lavagna y Duhalde es algo que puede costarle al candidato opositor la perdida de algunos apoyos. Son muchos los radicales que no se sumaron a la “concentración plural” kirchnerista pero que ahora cuestionan el alineamiento con el lavagnismo por la aversión que le tiene al ex presidente.
Mientras tanto, Duhalde sigue -relajado y distante- generando hechos políticos sin necesidad de pronunciarse abiertamente sobre la realidad argentina. Como afirma el dicho: “a buen entendedor, pocas palabras”.