Pasó más de un mes desde el momento en que Guido Alejandro Antonini Wilson llegó, de madrugada, al Aeroparque metropolitano con casi 800 mil dólares en su valija. El avión pagado por el gobierno argentino traía a funcionarios locales y directivos de la petrolera venezolana PDVSA. El caso le costó el despido a Claudio Uberti, el titular del ente de control de autopistas y hombre clave de Néstor Kirchner en los negocios con el país de Hugo Chávez.
La jueza Marta Novatti tomó la investigación, la dejó enseguida por las presiones y críticas que admitió haber recibido de funcionarios de Aduana, hasta que un tribunal superior la puso nuevamente al frente del caso. El jueves 17 de agosto, hace casi tres semanas, la famosa "orden de captura internacional" de Guido Antonini Wilson empezó el periplo concluído hoy en las oficinas del Departamento de Estado. El primer paso fue llevarlo a las oficinas de Interpol en Buenos Aires, de allí se derivó -días después por supuesto- al país del Norte y exactamente 11 días después del pedido de captura, los hombres del FBI llegaron a la casa de Antonini Wilson en Miami para constatar que el empresario venezolano estaba allí. Si hay algo de lo que puede darse fe, entonces, es que el venezolano no tiene en sus planes fugarse. Incluso hoy se lo vió, disfrutando de los 34 grados que hizo en Miami, primero en el Ocean Club de Key Biscayne, y luego saliendo en su auto. No parecia estar preocupado.
No lo detuvieron porque pese al anunciado pedido de captura, no estaba en el Departamento de Estado el pedido de extradición del hombre de la Ferrari. Ese trámite concluyó, al menos en los anuncios, hoy, para entrar en ruta hacia Miami.
Fuentes oficiales confirmaron a DyN que "esta mañana, a primera hora, fue entregada la requisitoria judicial al Departamento de Estado de los Estados Unidos". Las fuentes indicaron que los papeles estaban en rigor listos ayer, pero fueron entregados recién hoy por funcionarios de la embajada argentina a las autoridades de Washington porque ayer las dependencias del gobierno estadounidense permanecieron cerradas con motivo de la celebración, en ese país, del "labor day" (día del trabajo).
Tras estudiar si los documentos cumplen las formalidades establecidas, las autoridades diplomáticas los remitirán a un juez de Miami para que informe a Antonini Wilson la captura dispuesta por la jueza Novatti. Ahora habrá que volver a esperar para saber si esa declaración del venezolano será posible y en qué plazo puede esperarse su llegada, esta vez a Ezeiza y sin demasiados dólares.
Hasta ahora Movatti lo sindicó como presunto responsable de contrabando agravado, pero no se abrieron por el momento sospechas sobre los otros pasajeros. Se trata del presidente de ENARSA (empresa estatal de energía), Exequiel Espinosa; el desplazado jefe del OCCOVI (ente de control de concesiones viales), Claudio Uberti, y su secretaria, Victoria Bereziuk, y de los funcionarios de la petrolera estatal venezolana PDVSA Ruth Behrrenes, Nelly Cardozo y Wilfredo Avila.
También viajaba con ellos el hijo del hasta entonces gerente general de PDVSA-América, Daniel Uzcátegui, que fue señalado como quien invitó a Antonini Wilson a viajar, lo cual generó la renuncia de su padre. El portador de la maleta primero habría dicho que llevaba libros y después 60 mil dólares; pero cuando abrieron la valija había casi 800 mil dólares que quedaron incautados por personal de la Aduana, como una violación al Código Aduanero.
EE.UU. recibió pedido de extradición de Antonini
El Departamento de Estado ahora debe girarlo a un juez de Miami. Al venezolano de los 800.000 dólares lo vieron disfrutando, distendido, de los 34 grados que hizo en el Ocean Club de Key Biscayne.
