Los jueces de la Corte Suprema de Justicia quedaron en una situación de debilidad tras la multitudinaria marcha a Plaza de Mayo y los cuestionamientos políticos contra su decisión de extender el beneficio de la conmutación de penas a los responsables de violaciones a los Derechos Humanos.
La fragilidad de la Corte Suprema encendió en el ámbito político la ambición de quienes ven la posibilidad de cambiar a alguno de sus magistrados y sugerir reemplazantes a través de una nueva negociación política.
El fallo del 2x1, que fue firmado por los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Elena Highton de Nolasco, también desnudó las divisiones que existen en el interior de la Corte Suprema, y la desaparición de las mayorías que antes tejía su titular, Ricardo Lorenzetti.
La negativa a repetir los beneficios del fallo por parte de un amplio grupo de jueces y fiscales también erosionó la legitimidad de la Corte Suprema al interior del Poder Judicial.