“¡Es mentira que hay que contrastar los ADN de Marcela y Felipe con todo el Banco de Datos Genéticos!”, le dijo a Perfil Gabriel Cavallo, abogado de Ernestina Herrera de Noble, durante una entrevista que se publicó el 6 de junio de este año. La frase la repitió en un extenso reportaje que le ofreció al diario.
La defensa de la dueña de Clarín sostiene que los genes de los jóvenes sólo deben cotejarse con las desapariciones del primer semestre de 1976, porque los trámites fueron iniciados, en el caso de Marcela, el 13 de mayo y en el caso de Felipe el 7 de julio.
Hay ocho casos que, potencialmente, entrarían en ese rango de fechas (incluyendo aquellos de los que no se tiene precisión sobre el día de nacimiento, que son dos). Para Cavallo son 22. Pero Abuelas de Plaza de Mayo solicitó que el cruce se realice con las familias de 24 chicos que fueron secuestrados o apropiados en cautiverio entre septiembre de 1975 y diciembre de 1977.
La razón es sencilla: la Justicia comprobó que hay numerosas irregularidades en los expedientes de adopción, desde datos falsos hasta testigos truchos. Por lo tanto, se presume que las fechas pudieron haber sido adulteradas.
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