El kirchnerismo analiza posponer la sesión de la Cámara de Diputados donde se votará la nueva ley de medios, según informó Ámbito Financiero. Si bien oficialmente el debate está agendado para el 16 de este mes, ahora podría pasar al 23 o al 30 debido a que a oficialismo no le cierran los números.
La fractura en la relación con sus bloques aliados y el temor a que continúe el éxodo de legisladores propios (el último fue Marcelo López Arias), empujó al Frente para la Victoria a aplazar, o por lo menos aletargar, el tratamiento de la Ley en el recinto, amparándose en la necesidad de desarrollar todas las audiencias públicas que sean necesarias.
La interna Diputados-Senado. Filas adentro del bloque K, son muchos los diputados que especulan que en el Senado el proyecto podría demorarse indefinidamente. En base a eso se cuestionan cual es el sentido de aprobarla para que después la ley vuelva atrás. Además, se suman las deserciones. López Arias se fue, como tantos otros, y Agustín Rossi, jefe de la bancada, teme que esto continúe.
Aunque el oficialismo logre la media sancia en la Cámara Baja, es en el Senado donde "la madre de toda las batallas" -como el Gobierno ha bautizado a la Ley de Medios- tendrá su desenlace. Allí, el kirchnerismo confía reunir 38 votos y hasta se jactan de tener el apoyo del ex presidente Carlos Menem, desliza el Cronista Comercial.
La pelea con Clarín que marcó los últimos años de la década menemista sería el aliciente que empuje al senador por La Rioja, un férreo opositor al Gobierno, a apoyar la nueva Ley de Medios. Según publica El Cronista, el septuagenario caudillo aún no tiene definido su voto, según expresó a su entorno, pero en el kirchnerismo ponen sus fichas a que su enojo con Clarín será más fuerte que sus diferencias con Kirchner.
Para afuera. El kirchnerismo tendrá hasta el 10 de diciembre 108 diputados propios. Para obtener el quórum y aprobar la ley, necesitan 21 aliados más. Si bien en principio se contaba con los votos de la centroizquierda, el SI de Eduardo Macaluse y Encuentro Popular y Social de Ariel Basteiro están divididos y esperan cambios al proyecto desde la Casa Rosada para apoyar con sus votos.
Por su parte, Miguel Bonasso advirtió que podría presentar un proyecto propio, lo que arrastraría la firma de otros legisladores.
El kirchnerismo confiaba el apoyo de estos legisladores, que si lo hicieron para aprobar las facultades delegadas. Las cuentas ahora son distintas: el kirchnerismo tendría en total 129 votos, el mínimo necesario para aprobar el proyecto, aunque desde el entorno de Rossi saben que no pueden confiarse y terminar perdiendo esta oportunidad.