POLITICA
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El Código dejó al descubierto las internas en la Corte

Lorenzetti y Highton, enojados entre sí y con el Gobierno por las modificaciones. Carlos Fayt, con el titular y Zaffaroni.

Marzo 2012. Highton y Lorenzetti entregan el proyecto a CFK. A la izquierda, Kemelmajer de Carlucci. Hoy enfrentados.
| Telam

El malestar en el cuarto piso del Palacio de Tribunales se nota en los pasillos.

Los cambios que el Gobierno realizó en el proyecto de ley del nuevo Código Civil, que está tratando el Congreso, calaron hondo entre los ministros del alto Tribunal, y causó grietas entre sus integrantes.
El titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, y la vicepresidenta, Helena Highton de Nolasco, ya no tienen la cordial relación que mantenían. Lo mismo ocurre con Aída Kemelmajer de Carlucci, prestigiosa juristamendocina, y jubilada como miembro de esa Corte provincial. Los tres se cargaron al hombro la actualización y unificación de los Códigos Civil y Comercial, abrieron los debates en todo el país y le entregaron el 23 de marzo de 2012 a la Presidenta, en un pomposo acto, el anteproyecto que tanto trabajo les llevó. Soñaron con quedar para la posteridad como los “Vélez Sársfield” de esta era.

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Para los tres juristas, y también para otros ministros de la Corte, el nuevo texto del Código Civil que pretende aprobar el Gobierno vulneraría derechos inherentes a toda persona, como la Constitución y los tratados internacionales ratificados por nuestro país.
A tal punto llega el enojo, también con el Gobierno, que Lorenzetti y Highton de Nolasco decidieron no asistir a la cita del martes pasado ante la Comisión Bicameral del Congreso que trata la reforma. Pero dejaron trascender que ellos ya habían cumplido con su labor.   
No quisieron convalidar el proyecto modificado que trata el Congreso. Creen que ese no fue su trabajo final. Y el malestar creció cuando tomaron nota de que el Gobierno evitó enviarles el texto modificado.
Según cuentan fuentes con acceso a los ministros, los máximos jueces del país se sintieron “menoscabados” por la actitud del Gobierno y, sobre todo, por el esfuerzo que significó ese trabajo.      

A esto se suma el hecho de haber asumido el costo de resolver la Ley de Medios en el momento más oportuno para el Gobierno: tras la derrota electoral de octubre. A partir de ese fallo, las diferencias respetuosas entre los ministros se habrían evidenciado.  
Otro que demostró su enojo con Lorenzetti fue el decano Carlos Fayt. En este caso, ante el aval de Lorenzetti con los jueces del norte del país, quienes demandaron recursos urgentes para luchar contra el narcotráfico ya que, cuentan en las cercanías de su despacho, es su lucha desde años. 

Fayt es salteño y cree que peleó solo por esta causa cuando nadie lo escuchó.
Además, en uno de los últimos acuerdos, Fayt no escatimó cuestionamientos a su colega Eugenio Zaffaroni por los constantes viajes en días que, cree, fueron clave. Cuentan que le habría aconsejado “dejar testamento” ante sus permanentes ausencias.
En tanto, el comunicado de IDEA y de la Asociación Cristiana de Empresarios, que cuestionó la vulneración a la seguridad jurídica tras el fallo de la Ley de Medios, habría preocupado a Lorenzetti, quien además se vio acorralado por el malestar de camaristas que le habrían señalado “la presunta alteración de la propia jurisprudencia de la Corte”.
Sólo las palabras del flamante jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, trajeron serenidad, ya que pasó la aprobación del Código para 2014 y hasta recibiría pronto a Lorenzetti.