Las principales encuestas porteñas contemplaban al corte de boleta como factor fundamental y distintivo de estas elecciones primarias.
Incluso se observaba fuertemente un voto por la dupla Michetti-Carrió. Si bien finalmente la impronta del corte no fue decisiva, se pudo observar una diferencias de casi 4 puntos entre la lista al Senado del PRO, a favor de la ex vicejefa de Gobierno, y la del rabino Sergio Bergman, como candidato a diputado. Menos de lo que planteaban los sondeos. Más de lo que hubiera preferido el PRO. En el caso de UNEN también se dio un comportamiento similar: Carrió superó a Pino por un porcentaje prácticamente idéntico (4%) a la de la dupla macrista. Esto también se vio en otra de las listas de Alfonso Prat Gay, quien no pudo arrastrar a Ricardo Gil Lavedra como diputado y terminó quedando afuera. La diferencia entre ambos, a favor del economista, fue de poco más de 3 puntos. En el caso de Martín Lousteau cosechó 2,3% más que su candidato a senador, Rodolfo Terragno.
En el caso del Frente para la Victoria, el voto duro kirchnerista se consolidó y prácticamente no hubo diferencia entre la boleta de Daniel Filmus y la de Juan Cabandié: menos de un punto de distancia entre ambos. Tampoco funcionó el corte de boleta en el caso del Frente de Izquierda: la ventaja de Jorge Altamira, como diputado, con la boleta de Claudio Dellecarbonara, fue de apenas 0,5%.
En las elecciones presidenciales de 2011 el PRO, con Federico Pinedo, obtuvo el récord histórico de corte de boleta: sin candidato a presidente alcanzó cerca del 20% de los votos.