POLITICA
DOBLE DISCURSO K

El día que Cristina quiso echar al presidente de la Cámara de Diputados

En 1997, cuando se desempeñó en la Cámara Baja, intentó remover al hombre que entonces ocupaba el lugar que Eduardo Fellner tiene hoy.

CFK en sus épocas de diputada nacional, cuando quiso hacer echar al presidente de la Cámara, Alberto Pierri.
| Cedoc

“Nadie resiste el archivo”. La frase es común, gastada, pero cada tanto resulta perfecta para analizar algunas conductas de políticos, incluyendo a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y viene a colación ya que ayer se renovaron con relativa paz las autoridades de la Cámara de Diputados y Eduardo Fellner fue ratificado como presidente del cuerpo.

Más allá de la abstención de los diputados de la Coalición Cívica. El jujeño contó con el apoyo de los demás bloques, incluso de los opositores, algo que CFK jamás hubiera hecho, ya que en su archivo cuenta con un intento fallido de rebelión dentro del propio bloque del PJ en su época de diputada.

Revuelta CFK. En 1997, Cristina arribaba a Diputados proveniente del Senado, donde había tenido una participación activa. Su debut no estuvo en disonancia con su época en la Cámara Alta.

Según detalla el sitio Parlamentario.com en base al libro Cristina K. La dama rebelde, de José Angel Di Mauro (Sudamericana 2004), su primer acción como diputada fue intentar echar al presidente de la Cámara, el entonces duhaldista Alberto Pierri.

En efecto, CFK promovió una insurrección en el bloque del PJ enojada con algunas actitudes de Pierri. “No se puede ignorar el resultado de las urnas en cuanto demanda una nueva construcción política. Es un error creer que con Pierri al frente de la Cámara el peronismo va a recuperar la iniciativa; al contrario, si para él lo ideal es cercar el Congreso, como lo hizo recientemente. Si pudiera tapiar el Congreso de la Nación, lo haría”, disparó entonces. Algo impensable para cualquier diputado k, controlados a rajatabla por Agustín Rossi.

“La diputada Kirchner tiene antecedentes conflictivos con el justicialismo en el Senado. Ella fue expulsada del bloque oficialista allá y estaba interrumpiendo la voz del presidente del bloque justicialista; entonces me dio la impresión de una actitud de falta de respeto hacia el presidente de su propio bloque”, contestó Pierri, ratificado en su cargo, a un periodista que tras la sesión le preguntó por el epidosio.

¿Qué decía Cristina sobre su actitud, que bien podría ser calificada como “agorera” por cualquier diputado K hoy en día? Manifestó que no adhería a la teoría del “brazo enyesado”, según la cual todo el bloque vota lo que se le oderna, y redobló la apuesta al señalar que el bloque peronista debía dirimir “si su verdadero jefe legislativo es Alberto Pierri. Espero que esto no sea así; sino, debería preocuparme”.

Represalias. La actual presidenta jamás votó a favor de Pierri en 1998 y 1999, años en los que logró retener la titular de la Cámara Baja, y sufrió las consecuencias por ello. De acuerdo al libro, la diputada santacruceña fue enviada a una oficina más chica que la de cualquier diputado, a la que todos apodaban “la pajarera”.

“Todos tienen una especie de dúplex, pero ella contaba apenas con una sola oficina, la 63, del piso 12; era un huequito para la secretaria, el bañito y su oficina. Si tenía asesores, tenían que trabajar en el pasillo”, relató uno de sus colaboradores de Cristina de aquella época, según figura en el titulo editorial.

De todas formas, CFK no sufrió en carne propia la represalia ya que rápidamente encontró un reemplazo al diminuto despacho: comenzó a utilizar como propia la oficina del entonces senador Daniel Varizat, conocido años más tarde por atropellar varios docentes en una manifestación en Río Gallegos.