Pocas horas después de la muerte de Raúl Alfonsín, Julio Cobos confesó que el caudillo radical le había pedido que volviera al partido. Entre las multitudinarias manifestaciones de la gente, el vicepresidente se convenció de cumplir con el último deseo del difunto: en dos semanas Cobos dirá presente en la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical, partido que lo expulsó hace casi dos años, cuando conformó la Concertación kirchnerista.
Las imágenes que quedaron del velorio y la caravana hacia el sepelio de Alfonsín sirvieron para que muchos radicales se ilusionaran con que el masivo apoyo con el que se despidieron los restos del ex presidente se trasladen al centenario partido. En pleno proceso electoral, las consecuencias ya están a la vista, en especial en la provincia de Buenos Aires, donde las acciones de Ricardo Alfonsín como candidato a diputado nacional van en franco ascenso.
Algunos, incluso, ya se animan a disputarle la cabeza de la lista a la referente bonaerense de la Coalición Cívica, Margarita Stolbizer, puesto que antes de la muerte del caudillo radical ya parecía definida. Otros, en cambio, son más cautos y sostienen que hay un fortalecimiento pero que hay que privilegiar la unidad.
Convencido. En la caravana hacia el Cementerio de la Recoleta, Cobos lideró la marcha de los dirigentes y militantes del partido radical. A cada lado, con los brazos entrelazados, estaban Gerardo Morales y Federico Storani. Allí terminaron de convencerlo y de definir los últimos detalles de su visita a la Convención Nacional radical, que se realizará entre el 17 y 18 de abril en Mar del Plata. “Las cuestiones formales van a quedar de lado”, le explicó Storani a PERFIL en referencia a las sanciones que recibieron el vice y sus seguidores. “La unidad está muy avanzada, y va a arrastrar a otras provincias, como Corrientes, Catamarca o Río Negro, además de Mendoza”, agregó.