Como consignó Perfil.com hace 15 días, las obras para poner en marcha el “Tranvía del Este” significaron una inversión del Estado de 47 millones de pesos y un gasto anual de 350.000 euros por los 2 trenes modelo Citadis 302 (hoy uno está en reparaciones) que el Gobierno le alquiló a la empresa francesa Alstom, cuestionada en estos días por pagar sobornos millonarios para conseguir contratos en distintos países, incluyendo la Argentina y su tren bala. Además, la Ciudad habría aportado 1.500.000 pesos para financiar la iluminación y los cruces de semáforos.
Pese a que los pasajeros se resisten a tomar el tranvía del Este (no llegan a mil por día), hoy un nuevo convoy azul y rojo brillante desembarcó en Puerto Madero. Y ocho hombres con mamelucos azules y barretas de hierro trabajaron orquestados durante más de dos horas para bajarlo de un camión y depositarlo en las vías de la estación Independencia, donde funciona el centro de operaciones del Tranvía.
Perfil.com estuvo en el lugar y en el momento exacto en el que el coche era encastrado en los carriles correspondientes. El acontecimiento causó revuelo, no sólo entre los automovilistas que pasaban por el lugar, sino también entre los empleados del Tranvía. Conductores, operadores y gerentes, se asomaban desde las casillas de trabajo para ver descender al nuevo convoy. Le sacaban fotos y festejaban las maniobras exactas de los encargados del traspaso.
Uno de los operarios que estuvo en el lugar le dijo a Perfil.com que el flamante coche había llegado en barco desde Madrid. Por ese motivo, dos conductores del tranvía viajaron a la capital española para realizar un curso intensivo para conocer los secretos de manejo de la nueva máquina.
Luego de insistentes llamados y reiteradas consultas, la única respuesta de parte de la Secretaría de Ricardo Jaime fue el silencio. La empresa Ferrometro (Ferrovías - Metrovías), que se encarga de la operación del servicio, directamente dijo desconocer la llegada de la nueva formación.
¿Por qué nadie quiere hablar? ¿Cuál es el negocio de un tren en el que no viaja nadie? ¿Por qué Alstom “prestaría” formaciones al Estado argentino? ¿Por qué el Gobierno sigue invirtiendo en este emprendimiento ferroviario que no llega a transportar mil pasajeros en un día?(*) redactora de Perfil.com