Luego de que el ex oficial de la Policía Federal acusado de formar parte de La Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), Miguel Ángel Rovira, quedara detenido tras entregarse voluntariamente, el imputado negó ante la Justicia cualquier vinculación con la organización terrorista de ultraderecha.
Rovira, quien quedó detenido tras presentarse esta mañana ante el despecho del juez federal que investiga la causa, Norberto Oyarbide, pedirá a través de su abogado defensor, Ricardo Ardite, el arresto domiciliario debido a su edad –tiene 72 años-.
Por otra parte, Felipe Romeo, otro de los implicados en la causa que tiene pedido de captura, aparentemente fue ubicado por agentes de Interpol, en la ciudad de Londres.
Romeo, de 62 años, fue el director de la publicación quincenal El Caudillo, revista que supuestamente formaba parte de la organización parapolicial, que lideraba el fallecido ex ministro de Bienestar Social, José “El Brujo” López Rega.
A Rovira -ex custodio personal de López Rega y hasta hace poco personal de seguridad de la empresa Metrovías-, se le imputa responsabilidad en el asesinato del ex jefe de la policía bonaerense Julio Troxler, uno de los asesinatos reivindicados por la Triple A.
La causa que tramita Oyarbide se inició hace décadas, pero cobró impulso cuando, a instancias del fiscal federal Eduardo Taiano, el magistrado declaró que los crímenes que cometió la Triple A pueden seguir siendo investigados porque fueron delitos de "lesa humanidad".
Al decidir la "reapertura" de la pesquisa, Oyarbide calificó a la Triple A como una "organización criminal gestada desde el propio estado". Uno de los primeros hechos ilicitos que se le adjudican a la Triple A fue el atentado, en noviembre de 1973, contra el entonces senador Hipólito Solari Yrigoyen, a quien le colocaron un artefacto explosivo en su vehículo particular y, si bien salvo su vida, resultó con lesiones en los miembros inferiores.
Solari Yrigoyen había sido citado para hoy para declarar como testigo, pero la audiencia fue pospuesta por razones personales y por la "intensa actividad" que despliegan el magistrado y su secretario Jorge García Davini.