Tailleurs, trajes, pantalones, vestidos de noche, sacos, chaquetas informales. Más de 200 atuendos, todos negros. El look de la presidenta Cristina Fernández, a partir de la muerte de Néstor Kirchner, excede las cuestiones de etiqueta y es un tema más de la campaña por la reelección.
“El negro no es necesariamente una expresión de viudez triste o depresiva, tal vez para ella sea un símbolo de unión con el legado que está obligada a continuar y eso es lo que nos debe intererar a nosotros”, confió Oscar Parrilli, uno de sus secretarios más cercanos, frente a un grupo de dirigentes sociales.
El respeto que impone la decisión de prolongar el luto, después de varios meses de la muerte de Kirchner, hace que nadie, ni siquiera su diseñadora de cabecera, Susana Ortiz, se anime a preguntar por cuánto tiempo más seguirá con esa decisión.
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