POLITICA
defensa de su autonomía

El fallo a favor de la Ciudad recrudeció el encono del kirchnerismo con la Justicia

Desde la vicepresidenta Cristina Fernández hasta el ministro de Justicia embistieron ya no solo contra la Corte Suprema, sino contra todo el Poder Judicial por actuar políticamente.

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Palacio de Tribunales. | JUAN OBREGON

El silencio total en el que se sumió la Corte Suprema de Justicia tras su fallo sobre la presencialidad de las clases y la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires contrarrestó con la virulencia de los discursos de todo el arco oficialista. Empezando por CFK y pasando por Alberto Fernández hasta el ministro Martín Soria y la directora de Asuntos Jurídicos del Senado, Graciana Peñafort, apuntaron con dureza al máximo tribunal. 

Pero el enojo no es solo contra la Corte, sino cada vez con mayor fuerza lo es hacia todo el Poder Judicial, tal como lo volvió a dejar claro la ex mandataria y actual vicepresidenta en el video con el que pidió la nulidad de la causa por el Pacto de Entendimiento con Irán, un día antes del fallo de la Corte. Allí los dardos estuvieron puestos en dos de los jueces de la Cámara de Casación Federal, Gustavo Hornos y Mariano Borinsky, quienes votaron a favor de la reapertura de ese caso y que en el último tiempo se conoció que habían visitado la Casa Rosada y la Quinta de Olivos en tiempos de Mauricio Macri, a lo que precisamente apuntó CFK. 

Poco más de 24 horas después de esas aseveraciones, y tras el fallo de la Corte, CFK volvió a aparecer vía Twitter y habló de un “golpe”, uno contra “las instituciones”. La Corte eligió no responderle ni a ella, ni a todas las demás que vendrían después, incluidos los comentarios del Presidente. Evitaron así que creciera la polémica y el deterioro institucional en el país, inmerso en medio de una enorme crisis sanitaria, económica y social, en el que el Gobierno atraviesa fuertísimos conflictos internos. 

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El fallo de la Corte también fue criticado por Peñafort, directora de Asuntos Jurídicos del Senado. “Sin dudas, es un golpe, además vemos cómo se articula el Poder Judicial en distintos ámbitos, empezó con el desconocimiento de la orden judicial, la cautelar absurda que sacó la Ciudad de Buenos Aires, el fallo de la Corte”. Tras lo que agregó: “Fue un fallo político, la Corte Suprema decidió ser un jugador de la política. Lo que sucedió hoy es un conflicto de poderes. En los conflictos de poderes existen distintas formas de resoluciones”, advirtió. 

El fallo de la Corte molestó, pero era esperado. Los principales indicios de lo que se conocería llegaba por la previsión de lo que podrían hacer Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti. Ambos convencionales constituyentes (ver aparte) fueron sobre lo escrito en 1994, en la Convención Constituyente que introdujo cambios en la Constitución Nacional y reconoció la Autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. 

Los ataques mediáticos también salieron de la cartera de la calle Sarmiento. “No está mal que los jueces quieran gobernar pero, para eso, tienen que renunciar al cargo, crear un partido y presentarse a elecciones”, sumó Juan Martín Mena, hombre fuerte del Ministerio de Justicia y de extrama confianza de CFK. 

En tanto que el ministro de Justicia afirmó: “Los jueces no pueden firmar fallos para favorecer a candidatos a presidentes”. El punto levantó ironías en los palacios de tribunales donde recordaban que hasta hace un tiempo a la mayoría que en varias oportunidades compusieron Maqueda, Rosatti y Ricardo Lorenzetti, en la política la denominaban la “mayoría peronista”. 

“Para unos eran la mayoría peronista y ahora los acusan de favorecer  al PRO, qué se pongan de acuerdo o acepten que hay fallos que no salen como una parte espera y eso no tiene color político”, aseguraban quienes conocen de cerca los juegos de la justicia y de la política.