A poco más de un año para las PASO de 2017, la derrota del macrismo en la elección de Río Cuarto vino con moraleja: en adelante, el Gobierno estudiará con mayor cuidado si resulta conveniente (o no) nacionalizar una elección municipal. Esa fue la conclusión, tras la reciente caída del oficialismo en la segunda ciudad de Córdoba, en unos comicios que incluyeron la visita de ministros nacionales y el apoyo de Mauricio Macri desde un spot.
Si bien en un principio la intención oficial era evitar darle entidad de test nacional a la pelea por la intendencia cordobesa, a último momento el macrismo revirtió la decisión. La primera plana del PRO arribó a Río Cuarto en apoyo al radicalismo gobernante. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, más el de Agricultura y el de Comunicaciones se fotografiaron junto al candidato Eduardo Yuni, quien terminó 12 puntos abajo del peronista Juan Manuel Llamosas.
Así, Macri quedó ubicado en el rincón de los perdedores, en una provincia donde había sacado el 71% de los votos en el ballottage contra Daniel Scioli. Y si bien una lectura así de lineal puede resultar algo dramática, el propio oficialismo la forzó con su estrategia.
“Nacionalizamos tarde y mal”, confiesa un funcionario con despecho en la Rosada, en un intento de autocrítica privadísima. Hacia delante, con un ojo y medio puestos en las elecciones de 2017, el oficialismo pretende tener una hoja de ruta más clara y estricta: si opta por asociar la suerte de candidatos municipales o legislativos a la imagen del macrismo gobernante, lo hará a fondo. Si, por el contrario, las encuestas o el clima político recomiendan preservarse, el macrismo no habilitará fotos, spots, viajes, ni siquiera declaraciones de afinidad.
Ese empieza a ser el clima en la Rosada, a más de un año de las PASO. El Gobierno percibe que no alcanzará con el dedazo de Macri para levantar a un candidato. Por eso, el plan es priorizar los liderazgos locales en el armado de las listas. Mientras tanto, Macri continuará con sus recorridas por el interior junto a dirigentes consagrados, como su reciente visita a Salta en compañía del gobernador Juan Manuel Urtubey.
Sobre la danza de posibles candidatos para las primarias del año que viene, en la mesa política del PRO prefieren no adelantarse, pese al autobombo de algunos funcionarios con ganas de postularse. En Casa de Gobierno ni siquiera tienen definido si convendrá no plantear la elección como un plebiscito. Lo único que ya está resuelto es quién será el responsable de armar los equipos de campaña: se trata de Federico Morales, actual secretario de Voluntariado y Movilización del PRO. Basado en la lógica de que equipo que gana no se toca, Morales trabajó en la campaña en la parte de redes, y se le atribuye haber conseguido un millón de voluntarios para la elección.