Tras un nuevo parte médico de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la salud presidencial volvió a ser noticia ayer por la noche. Con un escueto comunicado, el subsecretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, informó que la mandataria “continúa presentando una favorable evolución post operatoria”.
“El examen neurológico es normal, como lo fue durante toda la evolución desde la neurocirugía”, aclararon Facundo Manes, director del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, y Gerardo Bozovich, director médio de la misma, en el parte.
Sólo especificaron que al cumplirse el mes de intervención -dentro de una semana- “se hará una nueva neuroimagen de control y se reevaluará la situación médica para el eventual otorgamiento del alta neurológica y neuroquirúrgica”.
“Desde el punto de vista clínico y cardiológico, ha mantenido su evolución favorable, con resultados de estudios de laboratorio normales, y sin manifestaciones cardiovasculares –en referencia a la arritmia que sufre– dignas de mención”.
Los médicos no dieron fecha del alta. Tampoco mencionaron los resultados de los estudios cardiológicos, como el Tilt y el Holter prolongado, dos procedimientos diagnósticos. El 7 de noviembre, la Presidenta sería sometida a nuevos estudios determinantes para el alta médico, confirmaron fuentes oficiales a PERFIL.
“Ella está todos los días un poco mejor, lo importante es que está haciendo la recuperación, se está preparando para volver con toda la fuerza”, dijo el miércoles con entusiasmo el vicepresidente a cargo del Ejecutivo, Amado Boudou.
Su último parte médico había sido hace ocho días. Entonces, se dio un informe extenso sobre la salud de Cristina. Y fue allí donde se mencionó la dificultad cardíaca que la aqueja y los estudios posteriores que se le realizaron a la mandataria, como una tomografía computada de control en la Fundación Favaloro.
Si bien el control se realizó por la cirugía a la que fue sometida para drenar un hematoma subdural, ese día se dio un extenso comunicado donde se mencionaron una serie de estudios cardiovasculares por “episodios previos de hipotensión arterial y por un trastorno de la conducción cardíaca con bloqueo de rama izquierda”, según explicaba el texto difundido por los médicos presidenciales.
Por lo que se supo la Presidenta se tomó en serio su recuperación tras la cirugía de cabeza y el posterior post operatorio.
A la recomendación de hacer reposo obligado y mantenerse alejada de la gestión se le sumó una terapia antiestrés que le recomendó Facundo Manes, director del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro y del Instituto de Neurología Cognitiva. Manes había logrado gran reconocimiento en los últimos años debido a sus tratamientos conductistas para diversos trastornos.
En la última semana, se supo que Cristina comenzó a caminar, paseando, por los jardines de Olivos y a leer los diarios. Trascendió también que se habría reunido algunas veces con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini y el titular de la Secretaría de Inteligencia, Héctor Icazuriaga, todos de su círculo más íntimo.
Tras la operación, los médicos recomendaron a la Presidente un reposo de al menos 30 días.