Como consecuencia de la detención de tres argentinos con cargamento de casi una tonelada de cocaína en la estación aérea El Prat, de la ciudad de Barcelona, un manto de sospechas volvió a caer sobre los controles de seguridad que se realizan en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
Ayer, la ministra de Seguridad, Nilda Garré, ordenó que la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) realice una denuncia en la Justicia para que se investigue si el avión secuestrado en España partió de la Argentina con el cargamento de droga en su interior.
El avión que llevaba los 944 kilos de cocaína, un Challenger 604 de la compañía argentina Medical Jet, despegó el sábado 1º de enero de Ezeiza y antes de hacerlo declaró que su destino era Cabo Verde, un archipiélago ubicado frente a la ciudad africana de Dakar. Pero el domingo pasado, cuando aterrizó en Barcelona, un grupo especial de lucha contra el narcotráfico de la policía catalana esperó que la aeronave se estacionara para luego exhibir una orden de inspección, previamente confeccionada por un juzgado de instrucción de El Prat.
El director nacional de la PSA, Salvador Postiglioni, ya inició una investigación interna para reconstruir cómo se desarrolló la seguridad del Aeropuerto de Ezeiza el día que partió el vuelo de Medical Jet. Durante la noche de ayer, el funcionario seguía trabajando con sus principales colaboradores.