La pelea entre el Gobierno nacional y el Grupo Clarín parece no tener fin y el Ejecutivo ya tiene una nueva estrategia en mente para golpear al multimedio: abrir el negocio del cable en la Ciudad de Buenos Aires para quebrar con el virtual monopolio de Multicanal y Cablevisión.
Para ello, según dio cuenta Crítica de la Argentina en su edición de hoy, la Casa Rosada “tiene una coartada judicial para respaldar su embestida”. “En el marco de una causa penal, la Justicia ya intimó al Comité Federal de Radiodifusión a que autorice a la empresa Omnivisión a prestar el servicio de televisión por cable en la Capital Federal”, cuenta el matutino de Jorge Lanata.
El periódico explica que en ese expediente está imputado el ex interventor del Comfer Julio Bárbaro por el delito de incumplimiento de deberes, y que otro ex funcionario de la Ciudad irá a juicio oral en noviembre por haber obstruido, a favor del Grupo Clarín, el ingreso de nuevos actores al mercado.
Omnivisión obtuvo la licencia en el año 2000 por quince años para la instalación, funcionamiento y explotación del servicio de TV por cable en el distrito porteño. A su vez comenzó los trámites para instalar la red de fibra óptica que requería para brindar el servicio de Triple Play (televisión, telefonía e internet), una prestación que hoy solo la ofrece la empresa Telecentro.
Pero la burocracia y el fuerte poder que tiene el Grupo Clarín impidieron que Omnivisión pudiera comenzar a emitir, pese a ya tener instalada –según Crítica- “una red de 21 kilómetros de fibra óptica en los barrios de Núñez, Belgrano y Palermo y el equipamiento que les permitiera brindar el servicio de Triple Play.
El conflicto con el campo hizo alterar los ánimos del Ejecutivo en contra del multimedio que alguna vez fue su aliado. Ahora, el Gobierno piensa en un nuevo protagonista para ponerle los pelos de punta a Clarín.