El ingeniero Jorge Lapeña fue subsecretario de Planificación Energética y luego secretario de Energía (1986/1988) del presidente Raúl Alfonsín. En esta semana es también uno de los ocho ex secretarios de Energía que firman un informe sobre la actual situación energética y los convenios que se han acordado con Quatar.
—Durante toda la semana nos han llegado noticias del interior del país acerca de la escasez de nafta y ahora de gas. ¿Esto se debe al conflicto en las rutas del sur o por los problemas que usted señala?
—Yo creo que hay un mal manejo del sector y poca transparencia acerca de lo que ocurre. Estas preguntas que usted me hace son las que ameritarían una respuesta al más alto nivel del Poder Ejecutivo. Y si fuera necesario usando la cadena nacional porque este es un tema muy importante.
—El uso de la cadena nacional se ha hecho más bien habitual.
—Pero la usan para mentir. En el sector energético le cito un ejemplo muy interesante: el día 30 de junio se usó el acto de la inauguración de un pequeño gasoducto de 40 kilómetros entre Argentina y Bolivia para hacer un acto proselitista. Ese acto comenzó con un discurso razonable del presidente Evo Morales que duró siete minutos, un discurso, digamos, de circunstancia y cuando terminó entró en off la locutora oficial anunciando que entraba en cadena nacional y allí la Presidenta pronunció un discurso que duró entre 15 y 20 minutos dirigido a los argentinos y donde, en vez de explicar los grandes problemas energéticos sin resolver que tiene nuestro país, se dedicó a hacer un autoelogio extraordinario acerca de su gestión ignorando olímpicamente todos los problemas que estamos mencionando. Entonces, es una utilización espuria de los bienes públicos para un beneficio privado.
—¿Este hecho fue el que determinó que ustedes, los ex secretarios de Energía, publicaran este informe?
—Nosotros hacemos un estudio sistemático. No es el primer documento que publicamos pero, de alguna forma, nos apuró para sacarlo más rápido. De cierta manera, este último documento nuestro puede leerse como la contracara del autoelogio presidencial. Si alguien se lo propusiera, podría tomar el discurso de la Presidenta y el documento de los ex secretarios de Energía y observaría las diferencias. Además, los ex secretarios que firmamos abarcamos también distintos períodos. Por ejemplo, yo asumo en 1985 y el doctor Alieto Guadagni y el licenciado Devoto llegan hasta 2003 con Duhalde. Tambien está con nosotros el doctor Aráoz, que fue el primer secretario de Energía de Menem; los doctores Montamat y Apud, que se desempeñaron bajo la presidencia de De la Rúa, etc.
—Algo más, ingeniero: ¿qué pasa con el acuerdo con Qatar? ¿Hubo una licitación?
—Aquí aparece un tema que es sumamente importante y que la Presidenta, en vez de hablar de las cosas que hizo extraordinariamente bien, hubiera debido mencionar. ¿Ameritaba firmar un contrato por veinte años, por una cantidad de gas muy, muy importante, y cuyo monto total supera los 50 mil millones de dólares? Si esto se hace en forma directa, no transparente, sin haberlo discutido en el Congreso, sin que forme parte de un plan energético nacional y a cuatro meses de las elecciones, me parece que tiene un contenido puramente electoral, muestra en el Gobierno un gran desorden mental y creo que puede esconder un sobrecosto gigantesco en la medida en que estamos hablando de una operación directa. Usted sabrá que una operación directa y rápida es la mejor fórmula para perder mucha plata.
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