“Estamos jodidos”. En la Casa Rosada dejan una diplomática frase para graficar cómo vienen las negociaciones con el peronismo en la Cámara alta. Aunque se ilusionan con que podría haber modificaciones al proyecto que viene de Diputados, aceptan que lo más probable es que sea aprobado como llegó. “El único escenario favorable es que el Senado haga cambios”, afirman.
Los primeros cálculos que salieron de la AFIP y el Ministerio de Hacienda brindan un número preocupante: $ 20.056,3 millones de déficit entre lo que recaudarían los nuevos impuestos y lo que se iría por la modificación en Ganancias. En otras palabras: cuatro meses de coparticipación federal.
Entre las cinco provincias más afectadas, primera aparece la de Buenos Aires, que perdería $ 2.673 millones. La sigue Santa Fe, dominada por el socialismo, con $ 2.005 millones, y luego Córdoba, con el peronista Juan Schiaretti, con una pérdida de $ 1.899 millones. Dos provincias gobernadas por el peronismo siguen después: Chaco ($ 1.045 millones) y Tucumán ($ 1.001 millones).
Con estos datos en la mano, el gobierno de Mauricio Macri intenta convencer a los senadores que responden de manera directa a los gobernadores. “La mayoría de ellos además tienen sus presupuestos ya aprobados, con lo cual van a tener un quilombo financiero”, acota otra fuente del Ejecutivo.
El jueves, antes de partir hacia China, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, dialogó con Miguel Pichetto. Allí, el jefe del bloque del FpV sólo le adelantó que, de haber cambios, podrían modificar el impuesto a las mineras (hay cuatro provincias involucradas de manera directa), el juego (por temor a una oleada de amparos que frenen cualquier gravamen) y, quizás, las escalas de Ganancias. Pero es el mejor escenario.
En el otro extremo, si sale como está, la alternativa es un veto parcial. Macri tiene esperanzas de que los gobernadores jueguen sus cartas y frenen la reforma de Diputados. Un acto de optimismo de los que suele impregnar Marcos Peña. Por lo pronto, 14 gobernadores ya le aseguraron a la Casa Rosada su rechazo a la media sanción.
El escenario que baraja Pichetto es el más catastrófico para el Gobierno. Un hombre cercano al senador dijo que el proyecto, hasta ahora, saldría sin modificaciones. Y que incluso mantendrá las retenciones a la minería y el impuesto al juego.
“¿Quién va a querer pagar el costo político de quitarles un beneficio a los trabajadores?”, se preguntó uno de los legisladores peronistas en diálogo con este diario. Y añadió que los gobernadores están haciendo un doble juego: critican la media sanción de la oposición, pero mandan a sus representantes a votarla en el Senado.
Sin embargo, los senadores que tienen diálogo directo con los gobernadores opinan distinto que los que no tienen territorio. Creen que puede haber modificaciones. Y este escenario favorece al Gobierno.
El sector K mantiene su postura y atribuye a un error del PRO la imposibilidad de negociar. “Anticiparon el veto, para qué vamos a pagar el costo nosotros”, indicó uno de ellos.
El martes irán a la Cámara alta todos los gobernadores. Al menos están invitados. También tres funcionarios: Alfonso Prat-Gay (Hacienda), Frigerio y Alberto Abad (AFIP). Después habrá dictamen, y tratarán de votar la iniciativa el miércoles. Si hay modificaciones, vuelve a Diputados.
A todo esto, el jefe de Gabinete sigue mascullando bronca: el miércoles, junto a su equipo, se quejaba de que muchos gobernadores no le habían atendido el teléfono. El día anterior, a horas de la votación, muchos peronistas, como Juan Manzur (Tucumán), esperaron en vano su llamada.