POLITICA
un apellido ligado a los macri

El hijo de Rousselot asumió en el Ministerio de Ambiente

Los apellidos Rousselot y Macri juntos son motivo de polémica. Automáticamente remiten al escándalo por el convenio para construir las cloacas en el municipio de Morón, a fines de los 80. Hoy, casi treinta años después, los apellidos se vuelven a unir: el hijo de Juan Carlos Rousselot es funcionario del Gobierno de Mauricio Macri.

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Los apellidos Rousselot y Macri juntos son motivo de polémica. Automáticamente remiten al escándalo por el convenio para construir las cloacas en el municipio de Morón, a fines de los 80. Hoy, casi treinta años después, los apellidos se vuelven a unir: el hijo de Juan Carlos Rousselot es funcionario del Gobierno de Mauricio Macri.

Julián Rousselot es director de Tecnología en el Ministerio de Ambiente que comanda Sergio Bergman. En su blog, se presenta como un “hombre católico, casado, 37 años, de profesión Ingeniero en Informática con una Maestría en Ingeniería de Software cursada en la UNLP” y agrega que está cursando un doctorado en Ciencia Política.
 
Ante la consulta de PERFIL, asegura que está “orgulloso” de su padre, sobre quien sostiene que fue víctima de “campañas políticas” en su contra. Rousselot fue dos veces destituido como intendente y llegó a tener una condena judicial en su contra en un caso por el que estuvo poco tiempo preso. Quedó en el imaginario colectivo como uno de los exponentes de la corrupción menemista.

La participación de Julián Rousselot en política recién arrancó en 2010, después de la muerte de su padre. Y fue por el lado del mundo sindical. Apadrinado por Luis Barrionuevo, creó Sutira, el sindicato de los trabajadores informáticos. A partir de allí comenzó a codearse con el mundo político, donde conoció, entre otros, al propio Bergman.

Ahora, todos los meses visita la Casa Rosada junto al equipo del ministerio y mantiene un encuentro de trabajo con Macri. “Son reuniones de seguimiento, se analiza el master plan y el estado de avance”, explica. Y asegura que nunca habló de otros temas con el Presidente, a quien no conocía hasta el primer encuentro.

Si políticamente tuviera que elegir entre su afiliación sindical peronista y su rol de funcionario macrista asegura que se encontraría frente a un “dilema”. Dice tener una formación en torno a los valores de “justicia social” y de “una intervención justa del Estado”, pero reconoce que le gusta “cómo se planifica la gestión Macri, con menos relato y más acción”.


Cloacas de la polémica

El convenio que la Municipalidad de Morón, gobernada por Juan Carlos Rousselot, y la empresa Sideco, representada por un joven Mauricio Macri, firmaron a fines de 1988 para construir cloacas volvió a los primeros planos el año pasado, cuando Cristina Kirchner lo recordó en plena campaña.

La obra no se concretó porque el Concejo Deliberante anuló el convenio a los sesenta días, argumentando que no se habían respetado las normas. Uno de los puntos más polémicos fue que Morón se comprometía a pagar durante 22 años hasta el 20% de la totalidad de los morosos.

Pero la polémica no frenó y Rousselot terminó siendo destituido. Según su hijo el tema de las cloacas no fue parte del debate. En 1991 volvió a ganar y en 1998 fue destituido nuevamente, esta vez por irregularidades en el traslado de un hospital.