POLITICA

El humor del psicólogo que diagnostica a los políticos

Se ríe de las psicosis de Cristina, Alfonsín y Macri. Qué dice de Schoklender. Fotos.

Diego Sehinkman describe los traumas, complejos y taras psicológicas de los políticos argentinos.
| Cedoc

A principios de este año, cuando todavía no se conocía resultados de ninguna de las elecciones, el psicólogo y periodista Diego Sehinkman escribía sobre los rasgos de personalidad de los políticos y funcionarios más mediáticos, creando una verdadera radiografía de la cabeza de cada uno de ellos, con sus traumas, complejos y patologías, pero en clave de humor. "Hoy, esas fotos siguen con la misma nitidez", dice en diálogo con Perfil.com el autor del libro "Qué tienen los políticos en la cabeza?".

En el libro, Sehinkman usa el humor para hablar de los rasgos de personalidad de Cristina, Alfonsín, Cobos, Duhalde, Macri y Lilita Carrió (entre otros políticos mediáticos). Y entonces asegura que el de la Presidenta es "un caso 'de manual' de un transtorno de moda: la relatomanía"; o le diagnostica al su vice actual el "síndrome del bluff", a la líder de la Coalición Cívica la "egomegalía" o "hipertrofia del ego" y a Duhalde el "síndrome de fósforo-matafuego". Ni hablar de la "cleptomanía filial" que asegura que tiene Ricardo Alfonsín, "el complejo del príncipe incapaz" que le atribuye a Mauricio Macri, y la calificación de "dudópata" que le asigna a Carlos Reutemann.

Pero ahora nos habla con seriedad sobre la estructura conceptual de todos estos diagnósticos, a los que define como "reales y concretos", y para los que investigó y estudió los perfiles de personalidad de 11 políticos durante los últimos tres años.

- Describís en tu libro varias "patologías" en las personalidades que analizás psicológicamente. ¿Todos los políticos tienen "patologías"?

- Rigurosamente todos tenemos rasgos patológicos. Hay rasgos de patologías en cada uno de ellos, que quedan plasmados en sus acciones o en su gestión. Un caso increíble es el de Lilita, que en el libro está diagnosticada humorísticamente con "egomegalía" o "hipertrofia del ego", pero las consecuencias reales de ese rasgo de personalidad lo demuestran: una persona que concibe al mundo como una extensión de sí misma, de modo tal que si no funciona tal como debe ser, no funciona. Esto le pasa a Lilita en el armado de sus agrupaciones políticas y de su gestión, fue rompiendo una y otra vez con todas las alianzas que tuvo, porque no pudo tolerar la disidencia. Fijate que sus síntomas de personalidad, y esta cosa autoritaria y demás, después de los últimos 15 o 18 años, termina dejando a Lilita practicamente en el final de su carrera política.

- ¿Cómo es el trastorno que diagnosticás en la Presidenta?

- La "relatomanía" es el trastorno del gobierno, de Néstor y de Cristina, gente que concibe al poder como un lugar donde confluyen muchos intereses y que entonces hay que administrarlos de un modo firme, en una mesa no ya chica sino casi de luz, donde sólo dos o tres tienen acceso real. Esto genera rasgos casi paranoides, donde el resto son enemigos. Lo que pasó después del conflicto con el campo, esa invensión del gobierno nacional y popular versus la oligarquía, también está apoyada en rasgos reales de la personalidad de ellos. Se han manejado así, con este tipo de condición psicológica. Fijate después de lo que pasó con Cobos, un tipo bendecido por las cincuntancias, en un lugar de toma de decisión y de heroismo, pero su rasgo de personalidad no le permite ser, después de ese éxito fortuito, un verdadero lider de la oposicion. Un rasgo que es psicopateable. El gobierno le dijo tantas veces que él era el destituyente y el enemigo de la democracia, que él se termina replegando y convirtiendo en la epilady de Cristina, porque lo único que se le escuchó en el último tiempo en el Congreso fue "silencio por favor, está hablando la Presidenta".

-¿Cuáles de todos los diagnósticos que hiciste es el más grave?

- Todos tienen su gravedad. Lo más grave es que esa figura que yo escribí de cada uno de ellos en febrero y marzo singuen con la misma nitidez. Son fotos que no se corrieron. Por ejemplo, Alfonsín, diagnosticado en el libro con "cleptomanía filial", quiso instalarse socialmente con toda una iconografia herededada, casi robada, del padre: no solo esa cosa metafórica de que usa los trajes del padre, el escritorio del padre, la secretaria histórica del padre, sino esta cosa de que le falta identidad para presentarse en sociedad, y entonces aparece como el hijo de... Es una identidad en tránsito que no termina de conformar como una identidad autónoma y capaz de seducir al electorado. Ahí tenés una consecuencia grave. O la de Lilita, con una conscuencia gravísima.

- En un año electoral, ¿las psicopatologías se disparan más entre los políticos?

- Fijate en Duhalde que acaba de sufrir una paliza en las urnas y que en vez de tener la plasticidad y laestrategia mental para ver qué le falta a su propuesta para llegar al electorado, apela a sus recursos históricos de personalidad, de ofrecerse otra vez como el garante de la gobernabilidad. ¿Por qué? Si no está en riesgo la gobernabilidad. Sale a vender ballenitas cuando la gente no usa más camisas. Son los límites de su personalidad.

- ¿Por qué tu necesidad de hablar de todo esto, que es serio, con humor?

- Una de las cosas que a mí me preocupan del último tiempo es que se perdió el humor, porque el humor es el espíritu crítico. Y el gobierno genera más una cosa religiosa. El chiste aquí podría ser asi: Viene un tipo y le pregunta a otro "¿qué opinás del kirchnerismo?", pero éste responde "no disculpame, yo de religión no hablo". Este chiste es la síntesis, la foto, de la Argentina hoy. Y si se termina de consolidar al kirchnerismo como una religión, ya no podremos hacer mas chistes. Porque las religiones se aceptan, se pueden profesarlas o no, pero nadie puede hacer chistes agresivos sobre una religión. Esa es una preocupacion, la falta de humor.

- ¿Te animás a diagnosticar la relación de Sergio Schoklender con Hebe de Bonafini?

- Lo que pasa con Schoklender es una repetición de la historia familiar: vuelve a hacer lo mismo, repite lo del padre sospechado de hacer negocios non sanctos de ventas de armas con el gobierno militar, es decir, defrauda al Estado. Y él ahora defrauda al Estado. Y vuelve a matar a la madre, en este caso a Hebe, simbólicamente. La pregunta que uno se puede hacer es: ¿qué pasó con Hebe? Este muchacho navegaba por las costas de San Fernando en un yate de 420.000 dolares, ¿no se daba cuenta Hebe que Schoklender de vela para su velero estaba usando su pañuelo blanco?