El magistrado, de visita en la Argentina, admitió que en su país había "cierta tradición de impunidad para los delitos de los poderosos, que utilizaban sus influencias y las debilidades del sistema judicial para zafar".
Moro habló durante un coloquio ofrecido en la sede del Colegio de Abogados de Buenos Aires que contó con la presencia del ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano, quien destacó la visita del magistrado.
“Es muy importante para nuestro país. Creo que hoy -y de algún modo se volvió a sentir este sábado-, hay una demanda de nuestro país sobre las instituciones, creo que hoy la ciudadanía reclama cómo romper con la corrupción, algo que en nuestra historia se ha repetido y se ha ido profundizando”, aseguró Garavano.
Añadió que “esta visita nos tiene que ayudar a todos a tratar de lograr que la justicia reaccione, que la justicia lleve adelante las investigaciones. Pero más allá de la justicia, esta es una tarea que tenemos todos los argentinos”.
Por ello instó a la ciudadanía a “no perder de vista todas las circunstancias, aprender de la experiencia brasileña en este caso, y generar un sistema de justicia confiable para toda la población”.
El juez brasileño llegó a la Argentina invitado por el ministro Garavano y el presidente del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, Guillermo Lipera, y permanecerá en el país hasta mañana.
La reunión estuvo coordinada por Teodoro Kreckler, abogado que representa al Ministerio de Justicia en nombre del Programa denominado Justicia 2020, quien hizo un repaso de la figura de Moro y del Lava Jato, el caso de corrupción más grande de la historia brasileña cuya investigación encabeza el magistrado.
En este sentido, recordó que los ejecutivos de la constructora Odebrecht confesaron que la empresa pagó sobornos por casi 800 millones de dólares en distintos países.
Por su parte, Moro dijo que los delitos están siendo investigados en base a los testimonios y las delaciones premiadas “de los propios delincuentes”, que pueden obtener reducciones en sus condenas.
"Hicimos seguimientos financieros, tomamos testimonios y pedimos cooperación a otros países, pero la delación -equivalente a la figura del arrepentido en la Argentina- fue una bisagra: así pudimos pasar de un caso individual a descubrir vínculos que descubrieron un esquema penal criminal de proporciones trasnacionales", resaltó.
“De ahí la utilización de este método que básicamente es utilizado por un delincuente contra sus pares”, insistió.
El magistrado de 44 años explicó además que “esto hizo que la investigación diera un salto enorme”.
Sin embargo, aclaró que las medidas procesales no se toman sólo en base a las delaciones premiadas, sino que “la investigación no se cierra (con cada delación), sino, muy por el contrario, es necesario comprobar si todo lo que el delincuente afirma es verdad”.
En la justicia brasileña las causas son instruidas por los fiscales o los reclamos de las defensas, pero para el Lava Jato la justicia brasileña resolvió reunir los delitos de corrupción relacionados con empresarios o dirigentes políticos -excepto los legisladores- en el tribunal de la sureña ciudad de Curitiba a cargo de Moro.
Entre otros, asistieron al coloquio, moderado por el periodista Marcelo Longobardi, la titular de la Oficina Anticorrupción (OA), Laura Alonso, y el ministro de Justicia bonaerense, Gustavo Ferrari.