Ahora que el empresario Lázaro Báez será investigado por la Justicia, la atención pública se concentrará en el juez de la causa. Sebastián Casanello es el magistrado más joven de su fuero, fue designado el año pasado por la Presidenta y despierta opiniones divididas en Tribunales: desde “cercano al kirchnerismo” hasta “independiente del poder político”.
El hombre que tomará decisiones en este expediente tan sensible tiene sólo 37 años, realizó toda su carrera en el Poder Judicial, fue el “niño mimado” de la Cámara Federal y en octubre se hizo cargo del Juzgado Criminal y Correccional Nº 7, elegido en una terna –como marca la Constitución– por Cristina Fernández.
A pesar de su juventud, Casanello conoce a la perfección cómo funciona la jurisdicción que se encarga de investigar a los funcionarios del Gobierno nacional. Entró a trabajar allí a los 19 años, cuando todavía era un estudiante de Abogacía, en la Fiscalía Nº 6.
En esa misma oficina conoció a sus mentores, dos personas muy distintas y con imagen opuesta en los pasillos de los juzgados. Por ese motivo, este flamante magistrado despierta visiones contradictorias entre todos aquellos que lo conocen desde hace años, que arriesgan pronósticos disímiles sobre su desempeño en el futuro.
Uno de sus maestros fue el fiscal Federico Delgado, considerado “independiente” del poder político y también de la “corporación judicial”. Ese prestigio tiene fundamentos: el último ejemplo fue la causa por la tragedia de Once, donde no dudó en enfrentarse –por supuesta lentitud en la investigación– con el juez Claudio Bonadío.
Durante varios años, Casanello se desempeñó como secretario y un importante colaborador de Delgado. En base a eso, muchos arriesgan que podrá mantener cierta distancia y hasta incluso provocarle algunos problemas a la Casa Rosada.
Su otro mentor fue Eduardo “Chiche” Freiler, integrante de la Sala I de la Cámara Federal porteña, controvertida por varios fallos favorables al oficialismo. Entre ellos, el cierre de la investigación por el Caso Skanska, porque anularon las grabaciones donde un ejecutivo de la empresa admitía coimas por el Gasoducto del Norte, y la nulidad de los mails hallados en la computadora del ex secretario de Transporte Ricardo Jaime.
Casanello trabajó como secretario en esa cámara hasta octubre, cuando el propio Freiler le tomó juramento como juez. Apenas asumió, se enteró de que había heredado el expediente por las escuchas ilegales contra Mauricio Macri. A partir de ahora, tendrá que lidiar con un dolor de cabeza más grande.