Después de consultar con la fiscalía y la defensa de Durán, la jueza ordenó al jurado que siga deliberando, ya que, si no se logra una decisión, quedaría anulado el juicio que llevó ocho semanas y en el que declararon unos veinte testigos, informó el diario El Nacional de Venezuela.
Durán (41 años) está acusado de actuar como espía venezolano en Estados Unidos y de intentar presionar a Guido Antonini Wilson para que no revele los detalles de los U$S 800.000 que intentó ingresar a Argentina el 4 de agosto de 2007.
El dinero habría provenido de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y presuntamente habrían estado destinados a financiar la campaña electoral de la presidente Cristina Fernández de Kirchner.
La falta de acuerdo para alcanzar un veredicto se debe a que el fiscal Thomas Mulvihill presentó pruebas suficientes para probar que Durán es un agente del gobierno venezolano de Hugo Chávez -lo cual de por sí le valdría la condena del público latino en Miami- y que presionó a Antonini, pero no hay evidencias de que haya actuado como espía, la figura penal que se le imputa.
Si en uno o dos días el jurado se mantiene en desacuerdo, la jueza Lenard podría comunicarles una instrucción final conocida como "Allen Charge", que a grandes rasgos los obligaría a tomar la decisión por la cual se incline la mayoría de sus miembros.
La instrucción de la jueza señala que si una "mayoría sustancial" del jurado está a favor de la condena, las otras personas deben reconsiderar si su duda es razonable.
"Por otra parte, si un mayor o menor número de ustedes está a favor de una absolución, el resto debe preguntarse otra vez, y más cuidadosamente, si deben aceptar la cantidad de pruebas presentadas más allá de una duda razonable", indica el texto publicado por El Nacional.
Llegado a este punto, la presión sobre el jurado es tal que se ve obligado a tomar una decisión. Por eso, podrá declarar al acusado culpable o inocente de ambos cargos, o puede llegar a un veredicto mixto: inocente en uno de ellos y culpable en el otro.Como las dos imputaciones son parecidas, si el jurado aún así no alcanza un veredicto, la jueza convocaría a un nuevo jurado y el proceso judicial comenzaría de nuevo, desde cero.
Esto perjudicaría mucho a la defensa, ya que los segundos juicios suelen favorecer a los fiscales y las apologías del acusado ya han sido escuchadas. Por eso, Durán y los otros cuatro involucrados quieren que se siga deliberando.