El diputado Martín Sabbatella consiguió el aval de Cristina Kirchner para presentarse como candidato a gobernador colgado de la boleta de la jefa de Estado. La decisión de la Casa Rosada generó resquemores entre los jefes comunales del GBA, sobre todo en aquellos que pertenecen a regiones en donde Sabbatella tiene notable influencia. Pero en su propio distrito, Morón, las cosas son bien diferentes. El propio kirchnerismo busca enfrentarlo: Martín Marinucci, al frente de una regional de IOMA, es el bendecido por el Frente para la Victoria para aspirar a la comuna.
Competirá con el delfín de Sabbatella, Lucas Ghi, que va por la reelección. Esto sucede en plena polémica por las colectoras. El grueso de los intendentes del conurbano y hasta el sciolismo se oponen, tajantemente, a la “lista de adhesión” que se le facilitará a Sabbatella para que el candidato progresista sume votos a la candidatura presidencial de Cristina.
En el Gobierno nacional prometen calmar las aguas de la tropa de caudillos peronistas con una reforma a la ley electoral bonaerense, que elimina el sistema DHont (de distribución proporcional) y que impediría a la oposición ganar bancas en los concejos deliberantes.
* de la redacción de PERFIL