La jugada de Néstor Kirchner, anunciar las "candidaturas testimoniales" del gobernador bonaerense Scioli y de los intendentes del conurbano, aún no termina de definir el panorama de las elecciones legislativas del próximo 28 de junio. Lo cierto es que l os comicios se van perfilando una vez más como una interna peronista, ya que el kirchnerismo y el justicialismo opositor están enfrentados más de 15 provincias, aunque el oficialismo aspira a ganar en la mayoría de los distritos en disputa.
La madre de todas las batallas sigue siendo Buenos Aires, donde habita el 36% de la población nacional. Si bien la presentación de listas ante la justicia electoral termina el 9 de mayo, el kirchnerismo definiría sus candidaturas antes de fin de mes, cuando haya analizado los resultados de las encuestas que miden a Kirchner y Scioli como candidatos a diputados y a los intendentes como concejales, según el diario El Cronista Comercial.
Sean quienes sean, los candidatos del kirchnerismo enfrentarán a la dupla Felipe Solá - Francisco de Narváez, quienes esperan sumar concejales a sus listas entre las actuales gestiones. Kirchner intentará evitarlo al obligar a los intendentes a encabezar las candidaturas a concejales. Así, espera obtener un buen resultado en el conurbano (alrededor del 45%) para contrapesar el mal desempeño que se avecina en el interior rural bonaerense, y así alzarse con la victoria en la provincia.
En Santa Fe, el kirchnerismo da por descontada una derrota para Agustín Rossi, del Frente para la Victoria. Debe enfrentar, con pocas chances, al peronista Carlos Reutemann, quien irá bajo el sello Frente Federal Santa Fe, y el socialista Rubén Giustiniani. Lo mismo ocurre en Capital Federal: la oposición tiene candidatos de peso como la macrista Gabriela Michetti, mientras que el oficialismo -descontando una improbable alianza con el Ibarrismo- sólo cuenta con Carlos Heller, que hasta ahora mide poco.
El panorama es peor en Córdoba: el kirchnerista intendente de Villa María, Eduardo Accastello, tiene que competir contra Eduardo Mondino, que va por el PJ. La candidatura del ex Defensor del pueblo es impulsada por el gobernador Schiaretti, enfrentado al Gobierno por el conflicto con el campo, para enfrentar a Luis Juez. Mendoza es otro distrito perdido: el gobernador Celso Jaque ya definió sus candidatos kirchneristas, pero disputan con el radicalismo, ahora unificado tras el retorno de Cobos. El vicepresidente respaldará al senador Ernesto Sanz, y se espera que gane.
En Entre Ríos, el peronismo está dividido en tres: Jorge Busti, aliado temporal del gobierno, enfrentará a dos peronistas disidentes: Héctor Maya y Emilio Martínez Garbino. Éste último espera sumar a sus listas al líder de la Federación Agraria local, Alfredo De Angeli, según el diario La Nación. En Tucumán, el gobernador José Alperovich espera una victoria de sus candidatos sobre una alianza entre el PJ disidente y la UCR.
Jujuy, Misiones, San Juan, La Pampa, Santa Cruz y Chaco son otras de las provincias donde el kirchnerismo se enfrenta al peronismo disidente y prevé triunfos. Jorge Capitanich, gobernador chaqueño, anticipó que no será candidato "testimonial", según informó El Cronista. Si bien espera una victoria en su distrito, está complicado por la epidemia de dengue. En Río Negro y Neuquén, el kirchnerismo puede ganar de la mano de candidatos extrapartidarios.
El peronismo está fragmentado en Catamarca, donde se hace difícil una victoria kirchnerista tras las recientes elecciones locales. Salta debe esperar la interna del PJ, que enfrenta a los candidatos del oficialista Urtubey contra los del opositor Juan Carlos Romero. San Luis es un caso perdido, bajo el completo dominio de los hermanos Rodríguez Saa. Corrientes y La Rioja prevén triunfos para el Gobierno. Tierra del Fuego, por último, debe esperar a definir sus listas.