"A este bloque le encantan los desafíos", lanzó la jefa de oficialistas Juliana Di Tullio. Y a juzgar por la agitadísima jornada que tuvieron, no se equivocó: en las dos cámaras, el kirchnerismo tuvo que bailar con la más fea. En el Senado les tocó defender al vicepresidente dos veces procesado Amado Boudou y asegurarle a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner la media sanción de las leyes de Abastecimiento y Pago Soberano, que se aprobó con 39 votos a favor, 27 votos en contra y 2 abstenciones pasada la medianoche. En Diputados, los oficialistas tuvieron que dar respuesta al escándalo que vincula a la Casa Rosada con el narcotráfico.
La media sanción de la Ley de cambio de sede para el pago de los bonistas reestructurados no estuvo exenta de una inédita desprolijidad que devino en la revisión de la misma al tener que someterse a votación en dos oportunidades. La discusión se desató, tras la primera votación en general y en particular, cuando comenzó la confusión sobre si la senadora del PRO Gabriela Michetti podía votar en contra de la Ley en general y en particular, pero a favor de un solo artículo, el 12. Los ánimos en la trasnoche se elevaron rápidamente y no la dejaron. En definitiva, el vicepresidente Boudou volvió a llamar a votación en general y se dio nuevamente media sanción con guarismos similares.
No obstante, el funcionario que defendió por más de seis horas al kirchnerismo no fue un legislador. Se trató del jefe de Gabinete Jorge Capitanich, que enfrentó los duros cuestionamientos de la oposición durante su informe de gestión anual en Diputados. El gobernador de Chaco en licencia sostuvo que el Gobierno no modificará el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias al considerar que el gravamen "implica un ingreso equivalente a 55 mil millones de pesos en total".
A diferencia de lo ocurrido en la última visita, la oposición bajó al recinto para escuchar el nuevo informe de Capitanich, quien anunció el inminente envío al Congreso de una nueva ley de hidrocarburos. Sin embargo, el funcionario se vio obligado a hablar de los llamados que mantuvieron narcotraficantes con la Casa de Gobierno.
Capitanich indicó que el Gobierno colabora con la causa y marcó que el organismo "ya tenía un sumario administrativo" que sumó al expediente que lleva adelante la jueza María Servini de Cubría. En ese sentido, ratificó la versión ofrecida por Oscar Parrilli, quién había echado un manto de dudas sobre la autenticidad de esas llamadas.
Rápidamente, el jefe de Gabinete dijo que el kirchnerismo logró "erradicar los niveles de indigencia, pobreza y hambre". Por eso, continuó, "está seguro de que los diputados van a brindar un alto nivel de consenso a la hora de tratar leyes que buscan empoderar al consumidor".
En la apertura de su tercer informe del año a la Cámara, precisó que "hemos excluido del alcance de esta normativa a las PyMES", se han sacado también las sanciones penales y, apuntó: "Cuando se trata de clausuras de más de tres días la posibilidad de recurrir a la justicia".
"Entendemos que esta es una iniciativa que va a facilitar los procesos para analizar el problema de excedente de cadenas de valor y su nivel de apropiación", a lo cual atribuyó la "distorsión de precios y la inflación que genera".
Respecto de la "ley de pago soberano" de la deuda, el jefe de Gabinete precisó que la norma ratifica que "la Argentina paga, cumple su voluntad" y da una alternativa a los tenedores de bonos reestructurados que deberían cobrar su cupón en Nueva York el próximo 30 de septiembre.
Sobre este mismo tema, y en simultáneo, debían estar debatiendo en la Cámara alta. Pero como era de esperarse, la presencia de Amado Boudou en el Senado irritó sobremanera a la oposición que le lanzó una catarata de acusaciones durante más de dos horas.
Distinto a la sesión anterior que había intentado presidir Boudou, la oposición se quedó en el recinto y el oficialismo logró, con una resistencia ligth, continuar con una sesión maratónica: les alcanzó con rechazar un proyecto para apartar al vice.
Recién allí, después de las tres de la tarde, los senadores comenzaron a debatir los cinco proyectos de ley que envío al Congreso la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y tenían en su agenda. En principio, sin debate, el oficialismo aprobó una ley para reducir el IVA a pequeños medios gráficos y autorizó a las fuerzas armadas a continuar participando en la misión de “estabilización” de la ONU en Haití. Recién ahí comenzó a tratarse la ley más importante del año legislativo hasta ahora: la que autoriza el cambio de jurisdicción para el pago del 100% de la deuda externa.
Con una pequeña modificación, que incluye la posibilidad de que el pago sea efectuado en Francia, el kirchnerismo, tal como se preveía le dio media sanción a la iniciativa.
El jefe de bloque oficialista, Miguel Angel Pichetto, desde temprano, se mostró tranquilo ya que las cuentas le cerraban: tenía 38 votos asegurados para, con lo justo, girar los proyectos. La novedad, sin embargo, fue la inclusión por parte del oficialismo de un artículo que crea una comisión bicameral con el fin de investigar la deuda externa desde el '76 a la fecha. "El kirchnerismo recogió esta iniciativa de la oposición, probablemente le ayude a captar algún voto indeciso en Diputados", analizó el especialista José Di Mauro, en diálogo con Perfil.com.
Para las cinco de la mañana, el oficialismo tiene planificado aprobar la otra iniciativa de peso: la Ley de Abastecimiento. Ampliamente repudiada por empresarios y opositores, el kirchnerismo ya cuenta con los votos suficientes para llevarle buenas noticias a Cristina Fernández de Kirchner y trasladar este debate a la Cámara de Diputados.