Una victoria o una derrota de Daniel Scioli en el ballottage empezará a definir el futuro del peronismo. Un partido al que el relato kirchnerista ninguneó en los últimos doce años, aunque recurrió a su aparato para ganar elecciones una y otra vez.
Scioli ganador. En este escenario, el conductor del PJ será el nuevo presidente. En primer lugar, porque difícilmente Cristina Kirchner quiera ocupar un lugar al que siempre le esquivó: la conducción formal de la estructura partidaria. En segundo lugar, porque la tradición peronista indica que el presidente electo por ese partido es quien lo lidera. El modelo de conducción de Scioli se basa en recostarse sobre la famosa “liga de gobernadores”. De hecho, tiene previsto, en caso de vencer a Mauricio Macri, nombrar a algunos mandatarios en ministerios. También tendrán un rol los intendentes de la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, no hay que descartar que Cristina Kirchner quiera ser la conductora en las sombras, no del peronismo, pero sí del Frente para la Victoria. ¿Intentará CFK condicionar a Scioli? ¿Tendrá la fuerza necesaria para lograrlo? Son interrogantes aún sin respuesta. Los más leales a Cristina aseguran que si Scioli “tuerce” el “modelo” verá resurgir con fuerza a CFK y su grupo parlamentario.
Scioli perdedor. Con este escenario, lo más probable es que el peronismo entre en un estado de anarquía en un principio. Y que luego empiece a reacomodarse a partir de nuevas figuras que le den un aire de renovación. La conducción la puede tomar un gobernador electo o reelecto, como Juan Manuel Urtubey (Salta). No descartan un rol preponderante del tigrense Sergio Massa –que quedó tercero en la carrera presidencial– ni del ministro Florencio Randazzo, que comenzó a tomar distancia del Gobierno aunque sigue en la gestión.
A Scioli ninguna de las fuentes consultadas por este diario le ve futuro si pierde la elección. Al menos no como conductor del PJ. En principio, porque una derrota es un mal augurio para hacerse del liderazgo de un partido. Néstor Kirchner tuvo que renunciar a su cargo cuando fue vencido en la elección de 2009. Y para continuar, porque no tiene un armado propio para posicionarse como un líder opositor.
Está claro que un eventual gobierno de Macri fue lo que soñaron muchos kirchneristas “duros” para encarar un proceso de resistencia que devuelva el poder a Cristina Kirchner en cuatro años. Para eso, la actual presidenta contará con una fuerza importante en la Cámara de Diputados, con Legislaturas provinciales afines y con algunas intendencias. Todas en manos de La Cámpora, la agrupación que lidera el hijo de la Presidenta. Sin embargo, un factor con el que debería contar Cristina Kirchner, a criterio de dirigentes peronistas consultados por este diario, es que en el PJ se vendrá, en caso de una derrota de Scioli, una embestida fuerte contra La Cámpora, que hoy ocupa cargos en la estructura partidaria.
De hecho, hay dirigentes que tienen planeado convocar a un plenario post ballottage para pedir la renuncia de los camporistas aun si el resultado es favorable para el peronismo. Les facturan haber jugado a una derrota en la Provincia.