Tras el pase de Mónica López del espacio UNA al sciolismo, su marido, el sindicalista petrolero Alberto Roberti, ratificó su pertenencia al Frente Renovador aunque admitió que han sido "muy malos" en el armado político y que hubo "destrato" a varios dirigentes.
"Adhiero a la candidatura de Massa a la Presidencia, soy el titular del bloque de diputados nacionales. Nada de eso varió ni variará", expresó Roberti en declaraciones a radio Latina. El titular de la Federación Argentina de Trabajadores del Petróleo y Gas afirmó que la salida de López es "una más de la saga" que se inició con el "destrato" que hubo a varios dirigentes en el armado político.
En ese sentido, recordó que su esposa vio "truncas sus aspiraciones a disputar la Gobernación bonaerense". “Creo que Massa es el que mejor propone a la ciudadanía. Pero desde el punto de vista de la construcción de la política, lo que se denomina el barro de la política, realmente hemos sido muy malos, no ha sido bueno, y en la provincia de Buenos Aires hemos pagado un muy alto costo", aseveró.
En diálogo con Nacy Pazos en Radio Uno, Roberti afirmó que el pase de su mujer al kirchneirsmo no afectará a su relación personal: "La política queda en la puerta de la casa". Y agregó: "Son situaciones individuales, ella tiene un pensamiento y se respeta"
El diputado nacional rechazó las críticas de la suegra de Sergio Massa y candidata a intendente de San Isidro, Marcela Durrieu contra su mujer, quien afirmó que el pase de López se debió a que "seguramente (Daniel) Scioli o Karina (Rabolini) le habrán comprado muchos zapatos": "Si Mónica fue un fastidio, hay que estar en paz, el fastidio se le fue. No hago comentarios que por ahí puedan agredir. Creo que menuda tarea deben tener algunos compañeros para dar vuelta el resultado electoral en su distrito. Particularmente en San Isidro, la performance nuestra fue de 8 puntos", disparó.