Luis Buonomo es el único que conoce con lujo de detalles y con la precisión de una radiografía cada uno de los puntos débiles del organismo de Néstor Kirchner: es el médico presidencial. Por decantación, Cristina lo adoptó como su doctor de cabecera y el 31 de diciembre de 2007, mediante el Decreto 150/07, lo designó titular de la Unidad Médica de la Presidencia con rango y jerarquía de secretario de Estado. Por eso, ayer, fue un miembro más de la comitiva que regresó de la gira que realizó la Presidenta por el Caribe y que terminó con la Cumbre del Grupo Río en República Dominicana.
Pero Buonomo no se quedará en Buenos Aires. Regresará a Río Gallegos, la capital de Santa Cruz, donde el cirujano fue reincorporado a mediados de febrero en el Hospital Regional de esa ciudad, aunque nunca renunció a su cargo nacional. Ahora cumple dos tareas y recibe dos sueldos; situación que lo pone en jaque, ya que viola la Ley 25.188 de Etica Pública.
Según el decreto de designación del 31 de diciembre, Buonomo “tendrá a su cargo la coordinación del sistema de prevención y atención permanente a la salud de Fernández de Kirchner y su familia dentro del ámbito de la Casa de Gobierno, la residencia presidencial de Olivos y en sus traslados y estadías dentro y fuera del país”. Pero ahora, al doctor se le sumaron funciones: controla desde las sombras el Hospital Regional de Río Gallegos junto a María Cristina Kirchner, la hermana del ex presidente.