Con la misma discreción con la que comienzan a circular las invitaciones –pocas, y con muy selectos destinatarios– por los pasillos del Ministerio de Economía, Martín Lousteau y su novia Ana decidieron decirle adiós a su soltería, juntos y con una muy íntima cena en un restaurante de comida italiana de Palermo Hollywood.
Fue en la noche del martes cuando el titular del Palacio de Hacienda llegó en compañía de unos pocos amigos y su futura esposa a I Due Ladroni, una acogedora cantina-trattoria ubicada en Fitz Roy al 1900 que conquistó su paladar a fuerza de cocina tradicional mediterránea, buenos vinos, intimidad y una atención personalizada. Y si bien la mesa había sido reservada unos días antes, ninguno de los testigos dice haberse dado cuenta de que lo que se estaba celebrando allí era una despedida de solteros.
Algo más decontracté que de costumbre, él eligió jeans y camisa blanca para combinar con sus juveniles rulos que ya son un sello en las reuniones del Gabinete K. Ella también optó por una camisa blanca, pero mucho más ceñida y transparente, pantalones negros, botas con taco aguja y pelo rubio recogido.
Sentados en la cabecera, los tórtolos no dejaron de propinarse besos y mimos varios, como reafirmando ante sus íntimos, una y otra vez, su decisión de concretar la relación que mantienen desde que Lousteau era ministro de la Producción de la Provincia de Buenos Aires, allá por mediados de 2004. Ana Paula Oriol, su futura esposa es una joven abogada oriunda de Bahía Blanca. Cuando se conocieron, ella trabajaba en la Auditoría de la Ciudad de Buenos Aires y estudiaba su posgrado en la Universidad del Salvador.