POLITICA
un boceto ya circula en la rosada

El oficialismo arma su propio relato con miras hacia 2019

Buscan elaborar una identidad para explicar las medidas y comprar paciencia social. Sus ideólogos plantean una tercera vía, entre el liberalismo menemista y el estatismo del kirchnerismo.

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En ascenso. El economista Levy Yeyati trabaja con el Gobierno. | cedoc

El macrismo quiere construir su propio relato. Ante la falta de una identidad pública con la que se sienta plenamente a gusto, el Gobierno se propuso redactar una especie de trazo grueso que explique su rumbo y contextualice sus medidas. El objetivo es, a su vez, contrarrestar la desconexión entre ministerios y comprar paciencia social, frente al rechazo que generaron algunas de sus políticas. Bajo la conducción del equipo de Marcos Peña, más la ayuda de radicales e independientes, el breve boceto de ese “plan de gobierno” ya circula por Casa Rosada. Se trata de una hoja de ruta que ubica al macrismo a mitad de camino entre el liberalismo de los 90 y el estatismo de los 2000.

Este programa de gobierno, sin embargo, no pretende ser una (otra más, entre tantas) apuesta comunicacional. Al contrario, sus encargados aseguran que será un proyecto concretísimo e integral hacia 2019, con capítulos económicos, sociales y políticos. El llamado “plan productivo nacional” de ocho puntos que filtró hace pocos días el oficialismo (orientado a apuntalar a los sectores más productivos de la economía, en detrimento de los menos competitivos) es sólo uno de los ejes del libro blanco del PRO.

Para ahorrarse asociaciones incómodas con el kirchnerismo, los dirigentes macristas prefieren presentarlo como un intento de “narrativa común” para todo el frente Cambiemos. Evitan así que parezca el lado B del relato K, de sentido inverso pero con intenciones parecidas. “Buscamos dar sentido a medidas que, aunque tomadas individualmente pueden aparentar un anuncio más, forman parte de las políticas generales del Gobierno”, explica uno de los encargados de la compaginación y redacción. Se refiere sutilmente a las decisiones más antipáticas que tomó el oficialismo, con la tanda de tarifazos a la cabeza.

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La primera versión de esa suerte de Biblia flexible es una síntesis de las promesas de campaña del PRO, las del radicalismo, más los planes de cada ministerio. En los últimos meses, cada ministro expuso semanalmente sobre la situación y las perspectivas de su área, en las oficinas del jefe de Gabinete, Marcos Peña. Los principales coordinadores de Peña, los ex CEO Gustavo Lopetegui y Mario Quintana, fueron los encargados de compilar las presentaciones.

Ese dúo operativo no fue el único responsable: sin cargo formal en la Rosada, aunque convertido en un asesor muy escuchado por el presidente, el radical Ernesto Sanz fue uno de los que metió mano conceptual. El ex senador planteó la necesidad de empezar a dar una autoafirmación más definida, en pocos meses, para cuando Macri cumpla su primer aniversario en el sillón de Rivadavia.

Pero el principal ideólogo del nuevo manual de gobierno PRO fue un outsider casi sin historia en el macrismo: el economista Eduardo Levy Yeyati. Ex presidente del consejo directivo del think tank Cippec, hasta hace poco integrante del BICE macrista (el Banco de Inversión y Comercio Exterior) y actual director de la consultora Elypsis, Levy Yeyati es una voz en ascenso dentro del Gobierno. Al igual que Marcos Peña, el economista busca pelear contra el prejuicio progre que pesa (y empieza a consolidarse) sobre el rumbo ideológico del macrismo. De ahí la opción por una tercera vía, entre el menemismo y el kirchnerismo, dos experiencias fallidas ante la mirada del PRO.

Así, a riesgo de sonar demasiado teórico o de incumplir directamente con los objetivos establecidos, el Gobierno aspira a resolver la tensión histórica entre apertura e integración.