Las masivas manifestaciones contra las políticas del gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de la semana pasada siguen generando reacciones en todo el espectro: mientras la oposición (y algunos oficialistas) pidieron que se escuchen los reclamos, los funcionarios K cuestionaron las movilizaciones y hasta amenazaron con una "contramarcha".
"A Cristina no la van a tocar. La Plaza de Mayo no es la plaza de la señora que lleva a su mucama para que golpee la cacerola", afirmó el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, en la inauguración una muestra fotográfica "Néstor por todos", dentro del Festival Internacional de Cine Unasur, en la provincia de San Juan.
"No hay que ser zonzo para creer que esto es una dictadura. Esto es una democracia. Este gobierno constituyó una Corte Suprema independiente, creó políticas sociales, trabaja para y por la justicia social. Por eso digo que hay que ser zonzo para creer que esto es una dictadura", puntualizó el funcionario, y agregó que en el kirchnerismo "nosotros sabemos tomar las calles".
Junto a Coscia, el gobernador sanjuanino José Luis Gioja llamó a "defender" la gestión del kirchnerismo, que representa "un modelo de política inclusiva que no tiene retorno", según dijo a la radio Cadena 3. Y enfatizó: "Este frente debe contar con nosotros para defender el modelo de política inclusiva que lleva adelante este gobierno y que no tiene retorno, algo que a los grupos poderosos le molesta".
En cambio, el diputado del Frente Para la Victoria Carlos Kunkel calificó como "una estupidez" las versiones sobre la organización de una "contramarcha" para contrarrestar las protestas realizadas el pasado jueves en Plaza de Mayo y los principales centros del país. Para el legislador, los "ciudadanos que se expresaron en las protestas contra el gobierno nacional deben elegir a quienes los representan, para que ese 40 por ciento de la sociedad pueda debatir democráticamente en un marco institucional".
"Lo de la contramarcha hay que preguntarle al contador Héctor Magneto (CEO del grupo Clarín) que sacó la versión, es una estupidez, nosotros no necesitamos hacer nada de eso, en el peronismo hacemos actos y nos movilizamos institucionalmente todos los días. Un ejemplo son las más de cien audiencias públicas que se hacen por la reforma al Código Civil", insistió en declaraciones a la agencia DyN. La semana pasada, el dirigente Luis D'Elía también manifestó que no era necesaria una "contramarcha" para responder al cacerolazo.
Desde la oposición, Cristian Ritondo, vicepresidente primero de la Legislatura porteño, afirmó que a él y a su partido, el PRO, les preocupa "la sordera de un gobierno autista que no quiere escuchar el claro mensaje de repudio".
Para el legislador, los manifestantes protestaron contra "la corrupción, la soberbia presidencial, la inflación y las mentiras del INDEC, la inseguridad, el incumplimiento de la Constitución, el proyecto de re-reelección, el despilfarro de subsidios, el subte, el Banco Ciudad, el abuso de la cadena nacional, la persecución de la AFIP y el felpudismo de algunos gobernadores".
"El jueves pasado nació una nueva protesta con propuestas organizada totalmente desde las redes sociales (Twitter y Facebook) y no por profesionales como quiere hacernos creer el Gobierno. La gente está cansada de lo que está pasando. El destinatario exclusivo del cacerolazo ha sido el Gobierno. Querernos hacer creer que la protesta fue contra toda la clase política es un recurso funcional al kirchnerismo que busca empatar lo que fue una derrota por goleada", subrayó Ritondo en un comunicado.
Agustín Rossi, jefe del bloque de diputados kirchneristas, consideró que "hay que tomar con respeto" las movilizaciones, "pero seguir gobernando de la misma manera en que lo venimos haciendo desde el 10 de diciembre" del año pasado. "Nuestro gobierno fue legitimado con el 54 por ciento de los votos. No solamente fue legitimado el gobierno sino la figura de la Presidenta de la Nación", indicó en declaraciones radiales.
Contra Abal Medina. De todas las manifestaciones del oficialismo, las que más repudio generaron fueron las del jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Ayer, desde el programa 6.7.8, sostuvo que los manifestantes "eran los mismos que antes recurrían a golpes militares" y anticipó que el gobierno no cambiará de rumbo.
"Abal Medina es un maleducado al insultar a los que asistieron a las concentraciones vinculándolos al golpismo que bañó de sangre a la Argentina", afirmó María Luisa Storani, diputada nacional por la UCR, en un comunicado. Y consideró que "el oficialismo siempre descalifica y supone que son marionetas de los medios que no están a favor del Gobierno Nacional".
Por su parte, Facundo Moyano, diputado nacional y dirigente del gremio de peajes, definió a Abal Medina como "la peor expresión del kirchnerismo" y cuestionó una posible reforma de la Constitución porque sería "una falta de respeto a la gente".
"Nunca me gustó Abal Medina. Hay un sector del Gobierno que cree que se está viviendo un proceso revolucionario. No se puede comprender la política así. Abal Medina es la peor expresión de ese kirchnerismo que construye política en la dialéctica amigo-enemigo. No se puede descalificar a la protesta del jueves pasado como lo hizo él", señaló Moyano.
"No creo que Cristina piense como Abal Medina. Otros integrantes del Gobierno no piensan como él. Abal Medina es hijo del asesor de un millonario y fue parte del gobierno de la Alianza que bajó el 13 por ciento a los jubilados", concluyó el sindicalista.
En coincidencia, Julio Piumato, secretario de Derechos Humanos de la CGT, consideró que los cacerolazos del jueves pasado fueron producto "demasiada arrogancia, falta de humildad y decisiones que no tienen un consenso". En declaraciones a radio Mitre, el gremialista salió al cruce de los oficialistas que descalificaron a los manifestantes por ser "de clase media alta".
"Nadie que viene del peronismo puede hablar de esa forma, porque el peronismo es la movilidad social, que, no importa de dónde se venga, todo el mundo pueda progresar en su vida y su familia. Esto forma parte de la dignidad que nos dejó el peronismo: si la Argentina funciona bien, se benefician todos los sectores sociales", advirtió.
"A lo del jueves hay que sumar las protestas que llevan a cabo otros sectores sociales. No se nos escucha, no hay diálogo, que parece que todo en el país funciona con piloto automático, hay demasiada arrogancia, hay falta de humildad y las decisiones no tienen un consenso", concluyó Piumato.