El oficialismo trabaja con intensidad para conseguir la mayor cantidad de apoyos a la expulsión de Julio De Vido. Tratará este miércoles de dejarlo afuera de la Cámara de Diputados por la cantidad de causas abiertas por corrupción en su contra. Pero el escenario, hasta ahora, es incierto. En las últimas horas se incrementaron los llamados telefónicos a gobernadores y legisladores de la oposición, con el objetivo de influir en el voto de algunos peronistas que no forman parte del bloque kirchnerista.
Por las dudas, el interbloque Cambiemos decidió jugar una carta poco habitual: no permitirá que ningún diputado se abstenga. La abstención favorece la permanencia de De Vido en la Cámara. Pero para no votar ni a favor ni en contra, según el artículo 197 del reglamento, hay que pedirle permiso a la Presidencia, que está en manos del oficialista Emilio Monzó. Prohibir las abstenciones tiene, además, otro objetivo: dejar expuestos a los que voten en contra de echar al ex ministro K en caso de que no haya número suficiente para lograrlo.
En principio, la idea del PRO es, aun en caso de no tener apoyo suficiente para expulsar a De Vido, no postergar la sesión. “Va a quedar claro quiénes tienen una posición de lucha contra la corrupción y quiénes no. Y además, también va a quedar claro que el voto popular no purifica a nadie”, explicó a PERFIL el diputado del PRO Daniel Lipovetzky.
El Movimiento Evita, que tiene cinco diputados y que en la campaña apoya la candidatura de Florencio Randazzo, votará en contra de la expulsión porque considera que la figura de “inhabilidad moral” es muy endeble y puede sentar un precedente grave.
El kirchnerismo trabaja para conseguir que todos sus diputados, más algunos aliados, estén presentes el miércoles en el recinto porque saben que, cuantos más haya, más difícil se le va a hacer al oficialismo lograr echar a De Vido. Pero Cambiemos también está apurando llamados para asegurarse que toda su tropa, más el massismo y otros eventuales aliados, esté ese día.
“Si no somos capaces de decirle a la sociedad que alguien que es responsable de muchas muertes hizo negocios y se quedó con plata que hubiera salvado las vidas de cada familia que se mató en una ruta que no se arregló, estaremos admitiendo la degradación política del Congreso”, advirtió la macrista Silvia Lospennato.
De Vido, en tanto, prepara la judicialización de una eventual expulsión y el kirchnerismo inscribió la situación del diputado en el marco de una persecución. El bloque alertó ayer en un comunicado que, en caso de que se concrete la expulsión, la Argentina sufrirá sanciones internacionales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, porque se estaría “impidiendo” ejercer el cargo a alguien que votó la gente. La campaña electoral expone más aún la discusión.