El vicepresidente de la Nación, Julio Cesar Cleto Cobos participó ayer en Tucumán de la cena de los cadetes del Liceo Militar de esta provincia que egresaron en el presente ciclo lectivo. En esta institución, su director coronel Luis María Medeiro, les prohibió a los alumnos que fuera el nombre Cobos quién recuerde a los egresados 2008, por lo cual, los nuevos subtenientes de reserva y sus padres elevaron sus quejas a las autoridades, dejando en blanco el nombre de la promoción, con lo que rompieron una tradición de veinticinco años.
Cobos y su esposa Cristina Cerruti, llegaron anoche al aeropuerto tucumano en absoluta soledad en un avión que según él dijo "fue prestado por el Ejército". No hubo ninguna autoridad provincial para recibirlo a pesar que en ese momento, por el viaje de Cristina a Chile, era el Jefe de Estado Nacional. Al bajar lo saludaron los cadetes y sus padres. Uno de los cadetes le preguntó el carácter de su visita, ya que como presidente estaban obligados a realizarle una guardia de honor. "Vengo en carácter personal, a cumplir con ustedes, y a exaltar los valores de los liceístas, lo demás es una simple anécdota", les dijo.
La policía tucumana no custodió a Cobos a pesar que estaba a cargo del Ejecutivo. En el momento de su llegada a Tucumán, había una guardia de la policía en el aeropuerto, pero estaba destinada a la custodia a los jugadores de Newell's que llegaban a la misma hora.
A la vera del camino desde las 18, esperaban al titular del Senado un grupo de personas de la agrupación La Hora de los Pueblos, para repudiar su vista. Luego de tres horas, circuló entre ellos un mensaje de texto que decía "el traidor nos eludió y ha tomado por otro camino".
(*) especial para Perfil.com