Cristina Kirchner está desde hace semanas frente a un gran dilema: apurar la reforma de la Constitución para lograr al menos una nueva reelección o pensar en una salida ordenada del poder en 2015 colocando a una persona de confianza en la fórmula presidencial, como candidato a presidente o, lo más probable pero nada seguro, como candidato o candidata a vice.