Tras la aparición del cuerpo dos temas aparecieron súbitamente: por un lado si efectivamente existió un testigo mapuche que cambió su testimonio ante la Justicia Federal, y por el otro si esta garganta profunda que reveló la zona en la que se encontraba Santiago Maldonado era acreedor de la recompensa de $ 2 millones que había establecido el Ministerio de Seguridad para quien aportara datos concretos del paradero del joven.
En este último punto, hasta ayer el juez Gustavo Lleral no había solicitado al Poder Ejecutivo el desembolso de esa suma. “Puede ser que el juez tenga algo y nos lo comunique en la semana, pero hasta ahora, no nos pidió nada”, dijeron fuentes oficiales consultadas por PERFIL ayer.
Sin embargo, no está claro aún si esa recompensa se hará efectiva o no. Es que esta situación se contradice con la posibilidad de que el “testigo E”, un arrepentido que fue clave para encontrar al joven artesano, en rigor puede ser acusado, y procesado, por falso testimonio.
De hecho, en el Gobierno ahora están esperando que la Justicia avance contra los mapuches que habrían fraguado sus declaraciones para incriminar a la Gendarmería en el caso. “Este caso tiene que cambiar, los que le mienten a la Justicia tienen que pagar consecuencias”, evaluaron en la Casa Rosada. Este fue uno de los puntos clave de los diálogos que vienen manteniendo los funcionarios nacionales con Mauricio Macri. De hecho, en su alocución ante industriales, hace poco más de un mes, el jefe de Estado se quejó a viva voz por las declaraciones testimoniales truchas que desvían las investigaciones judiciales. En ese momento muchos no se percataron de que hablaba del caso Maldonado.
Según el diario Clarín, el “testigo E” en su segundo testimonio dio a entender que perdió de vista a Maldonado mientras escapaban de la Gendarmería, y tras haber intentado sin éxito ayudarlo a cruzar el río. Esta persona, cuya identidad aún no se conoció, sería la misma que llamó por teléfono hace unos días a la Justicia de Esquel para que el martes buscara en una zona determinada el cadáver. Antes había declarado que escuchó tiros por parte de la Gendarmería. En el Gobierno aseguran que fue presionado por el RAM para dar ese testimonio.