El tan mentado trabajo en equipo que profesa el macrismo tiene una cara oscura: las internas que proliferan en gran parte de los ministerios. La idea de que no haya figuras con vuelo propio generó que en las dependencias convivan funcionarios con pasados distintos y eso derivó en cruces que en algunos casos llegan a afectar el desempeño de la gestión.
Con los cambios en el equipo económico, hay quienes creen que Macri ahora va a dejar de alimentar esas tensiones internas. Ayer dio una señal: “No creo en eso de darle una línea del ministerio a éste, y la otra al otro. Darle un cacho a cada sector de la política genera que nadie conduzca nada”, afirmó el jueves ante la radio Cadena 3, mientras hablaba de los cambios económicos.
Las internas, recelos y competencias, sin embargo, se abren paso en la vida diaria de los ministerios de Cambiemos. En Trabajo, el secretario de Empleo, Miguel Angel Ponte, es uno de los funcionarios que sufre una suerte de bullying por su falta de cintura política. Ex director de Recursos Humanos de Techint, es el vice del ministro Jorge Triaca. Sin demasiados pruritos, algunos dirigentes de confianza de Triaca desacatan los pedidos de Ponte, en cadenas de mails prácticamente abiertas.
“La verdad no comprendo lo que están haciendo. Por mi parte, no participaré de esta actividad”, respondió días atrás uno de los encargados de administrar la caja del ministerio, ante un mail de Ponte en el que se pedían detalles sobre los programas de 2017. “Es un diagrama apolítico, inorgánico y fuera de todo respeto al orden administrativo, técnico y jurídico”, se sumó otro funcionario.
La de Seguridad fue una de las primeras internas en salir a la luz, entre la ministra Patricia Bullrich y su segundo, Eugenio Burzaco. Nunca tuvieron una buena relación y durante la crisis por la triple fuga de hace un año parecía que esa grieta era un cóctel explosivo. Bullrich tiene también una muy mala relación con Cristian Ritondo, su par bonaerense, quien tiene mejor entendimiento con Burzaco.
Comunicaciones es la cartera que hoy tiene la pelea más caliente. Oscar Aguad, el ministro, tiene que lidiar con todo un sector que no le responde, liderado por el secretario de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Héctor Huici. Junto a los subsecretarios Oscar González y Hugo Miguel forman parte de un espacio en el que también está José Sánchez Elía (antiguo socio de Federico Pinedo), quien originalmente sonaba como casi seguro ministro de la cartera.
Una situación similar se vivió en Agroindustria. Ricardo Negri venía trabajando en la Fundación Pensar y sonaba como candidato al cargo. Pero Macri al final se inclinó por el formoseño radical Ricardo Buryaile, y Negri quedó como segundo. En esa cartera hoy aseguran que las diferencias ya fueron salvadas y que incluso algunos funcionarios que llegaron con Negri están más alineados con Buryaile.
En Ambiente, Sergio Bergman está cruzado con el secretario de Coordinación Interjurisdiccional, Lucas Figueras, un funcionario referenciado en Rogelio Frigerio. Las diferencias, que son comidilla dentro del ministerio, son, sobre todo, con la jefa de asesores de Bergman, Patricia Holzman.