Cristina Fernández fue la primera en bajar de Renault Laguna azul con unos enormes anteojos negros que le cubrían la cara. Después aparecieron Máximo y Florencia. En el cementerio Municipal de Río Gallegos los vecinos no podía creer lo que pasaba. La Presidenta y sus hijos se habían acercado para despedirse de Néstor Kirchner antes de volver a Buenos Aires.
Llegaron a las 16.50 custodiados por la seguridad presidencial y para evitar llamar la atención entraron por una puerta alternativa. Se bajaron del auto y caminaron 50 metros hasta la bóveda donde descansan los restos del ex presidente. En ese momento había unas 50 personas que se habían acercado a visitar la tumba. Todos se quedaron en silencio. Una valla con carteles, velas y banderas rodeaba la sepultura.
Uno de los secretarios de Cristina abrió la puerta del panteón, al que sólo entraron Cristina y sus hijos. La ceremonia íntima duró diez minutos. A solas, los tres, le dieron la despedida final al ex presidente. En el aeropuerto los esperaba el Tango 03 que los llevaría de regreso a Buenos Aires.
(*): Redactor de la revista Noticias.